viernes, 10 de julio de 2015

Carmena y los desahucios

Conozco al menos a una persona capaz de 'comprender' todas las burradas de las gentes de Podemos y sus aledaños. Da la impresión de que nos tiene por burros a los demás. Pero la cosa no es así, no hay sólo una persona. Son muchos los que sucumben a los demagogos. Y sobre todo lo hacen los que tienen vocación de demagogo.
Hoy en día, como han podido comprobar Rosa Díez y sus fieles, sin demagogia no se va a ninguna parte. Todo lo que tenga soporte en la verdad da miedo a los que viven del fingimiento, a los que no viven, sino que actúan, representan un papel que a lo mejor ni siquiera han elegido, porque les ha venido impuesto. Estas gentes necesitan algo cuya representación les resulte agradable, pero ha de obvio que es mentira. Están en la derecha y en la izquierda y la verdad se les clava en la carne como un puñal afilado, pues les recuerda su condición de farsantes.
De modo que lo mismo les da a los suyos que Carmena en su día presumiera de eficiencia para ejecutar desahucios, como han desvelado ABC y Periodista Digital, y hoy se presente como adalid en contra de ellos.
Lo que importa a sus votantes es la lista en la que va. Eso se llama sectarismo, pero es lo que hay. En cuanto a los demagogos, todo el mundo sabe que lo único que les interesa es alcanzar el poder. Por tanto, les conviene fomentar el sectarismo, sin el cual todo sería más difícil para ellos.
La vida está llena de trampas y Carmena no gastará tiempo en tratar de explicar porque entonces hacía una cosa y hoy proclama la otra. Cumplía la ley, dicen sus propagandistas a propósito de su comentada tendencia a soltar etarras.

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