lunes, 13 de julio de 2015

De Anasagasti a Puig

Se trata de dos políticos que no necesitan pisar una piel de plátano para patinar. Cualquier persona coherente se da cuenta de que lo hacen solos. Comienzan a hablar y, burrada tras burrada, allá que van.
Lo de Anasagasti tiene algo más de lógica, porque es nacionalista y de derechas. Que se crea demócrata es excesivo, porque el nacionalismo es incompatible con la democracia. Lo de Puig ya es rizar el rizo. Nacionalista, de izquierdas y catalanista siendo valenciano. Albarda sobre albarda y otra albarda más por encima.
Comparten, sin embargo, su afición por el atildamiento personal. Nuevamente lo de Anasagasti tiene mejor aspecto. Eso de pasarse horas haciendo la ensaimada tiene algo de abnegado y quizá de artístico. Lo de Puig más parece un copy/paste, aunque resulta difícil adivinar cual es el engrudo que usa.
Estos tocados que lucen también suscitan reacciones entre el público, y una vez más gana Anasagasti. Mientras que el catalanista es peligroso, porque ahora decide las subvenciones y el destino de la propaganda institucional, parece ser que el vasco ha optado por registrar la ensaimada, aunque creo yo que no ha hecho constar los ingredientes, acaso porque no deben de ser muy vascos.
En lo que sí que coinciden ambos es en sus prioridades, que no son otras que las de obligar a todos (y es que los nacionalistas siempre necesitan obligar, porque si no fuera por eso no serían nacionalistas) a estudiar idiomas, cosa que en un principio parecería bien. Ah, pero es que quieren obligar a estudiar los idiomas que ellos quieren, aunque los interesados no lo sean tanto. Lo que pasa es que los dos, Anasagasti y Puig, tienen herramientas para que muchos no tengan más remedio que pasar por el aro. Quienes quieran trabajar en determinados sitios no tendrán más opción aprender lo que les mandan.

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