lunes, 6 de julio de 2015

Lección de democracia

Lo que se va a dar a partir de hoy es una lección en la que hasta los más reacios van a tener que darse cuenta de que lo que se vota en democracia tiene consecuencias. Incluso lo que se vota en un referendo que no reúne todos los requisitos necesarios para ser considerado válido.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que quizá los griegos no sepan qué es lo que han votado. Porque si creen que después de haber optado por el no va a llover dinero se van a llevar un desengaño. Es posible que ahora cueste más que antes conseguir el dinero.
Es posible que tampoco sepan que han causado un perjuicio a España, que repercutirá, negativamente, en los más vulnerables. Los griegos, necesitados de dinero, han hecho un gasto innecesario con el referendo, que no cambia nada, y han causado daño a aquellos a los que piden dinero.
Los cantamañanas de siempre tildan de gesto democrático lo que ha hecho Syriza, obviando que no ha respetado los plazos reglamentarios, que no ha permanecido neutral y que la cuestión no afecta sólo a Grecia, sino también a todos los demás países de la zona Euro.
Los hay que votan con una alegría grande: 'si sale mal, dentro de cuatro años votaremos a otro'. Para ellos se trata de un juego. Nunca se hacen responsables de los actos de los políticos a los que han dado su voto.
Es el momento, pues, de que todos los que se compadecen de los griegos y del hambre que pasan se rasquen el bolsillo y manden sus donativos a las embajadas de Grecia.
Aquellos que con sus votos han respaldado a quienes han llamado terroristas a sus socios europeos han de ser conscientes de que si en el futuro pasan hambre la culpa es suya y sólo suya. Bueno, y también de quienes les alientan 'moralmente', pero nos les mandan remesas de dinero.
 

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