miércoles, 15 de enero de 2025

El bulo y el Boe

Hugo Chávez se burlaba de quienes se le oponían políticamente, llamándolos los escuálidos. Claro que hacía trampas de todo tipo para que no pudieran levantar cabeza.

Pedro Sánchez es del mismo corte, más limitado intelectualmente, pero igual de chulo y bravucón. Al que se descuida le llama peripatético. Otra cosa es que sepa lo que significa esta palabra, que por el modo de usarla está claro que no. Es motivo de envidia observar a Corina y Edmundo, tan serios y formales, heroicos e inteligentes, y compararlos con la tropa socialista que sufrimos por aquí. Sánchez, cobarde, prepotente, torpe, faltón, no se les parece en nada, sino que es más del estilo de Maduro, tan zafio como sanguinario. Habla de democracia y todo el mundo se le ríe, porque es un mal payaso. Se le ha caído todas las máscaras, porque es incapaz de anticipar nada, le falta talento y luego todo lo quiere arreglar a golpe de prepotencia, sirviéndose de los peones que tiene colocados aquí, allá y acullá. Se le romperá la cuerda por algún lado.

El PSOE, en su momento, parecía un partido serio, porque aunque la cúpula estuviera copada por sinvergüenzas, había gente muy formal y documentada en sus filas, lo cual hacía que tuviera prestancia. En manos de Sánchez, el PSOE se ha convertido en una piltrafa hedionda. Habrá gente que no lo podrá volver a votar en su vida. Con respecto a los demás partidos que apoyan al gobierno, es evidente que algunos nunca han sido serios, y tampoco deberían ser legales, y hay otros, como el PNV, que siempre se han querido considerar serios, pero ya es imposible que sea así.

Sánchez se ha encontrado con un sistema que fue diseñado por algunos que nunca imaginaron que un sinvergüenza de este calibre lograra asentar sus posaderas en el sillón presidencial. Y ahora los ciudadanos estamos indefensos y nuestra única esperanza es que el sátrapa quede enganchado en alguno de sus traspiés.

Esos libros míos


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