Parece que se le vaya la olla, porque alguien de ese partido ha pretendido comparar, poniéndolos al mismo nivel, al orate Arana y a Martin Luther King. Los dos tuvieron un sueño, dice.
También uno de los monstruos catalanistas, el Junqueras, con toda la cara dura que le caracteriza, se quiso equiparar a Sócrates, demostrando con ello que a jumento es difícil ganarlo.
Anasagasti, en los ratos libres que le dejaba la ímproba tarea de componer su famosa ensaimada, también dedicaba algunos esfuerzos a defender al orate, insultando y faltando al respeto a las personas que se habían atrevido a decir lo que pensaban del fulano. Es que no se puede pensar ni decir nada bueno, solo hacen los del PNV, pero es porque viven del cuento.
Arzalluz sí que tenía cerebro, pero lo usaba para hacer el mal. Él mismo lo reconoció: «pasaré a la historia como malvado». No puede ser de otro modo.
Sin el PNV ETA no habría podido existir, o habría durado muy poco. Este partido, que inventa historias increíbles, como la de que el pueblo vasco es heptamilenario, proporcionaba, queriendo o sin querer, y que cada cual piense lo que quiera, excusas y coartadas a los terroristas, sin las cuales les habría resultado muy difícil el necesario autoengaño para llevar a cabo sus fechorías. Gracias también a esas coartadas y esas excusas, los cobardes asesinos encontraron el apoyo de buena parte del pueblo vasco; apoyo que comenzó siendo minoritario, pero fue creciendo paulatinamente en buena medida también por la presión del propio PNV.
El orate pudo tener un sueño, si a lo que hiciera se le puede llamar soñar, pero por su culpa mucha gente ha tenido y sigue teniendo pesadillas, de las de verdad, de las que producen espanto. Hay tantas familias rotas por el dolor, cuerpos mutilados, gentes temerosas de ser víctima, o de que lo fuera algún familiar, de un atentado…
Todo el PNV pasará a la historia como malvado.
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