Puesto que se trata de un partido de índole destructiva y criminal, lo lógico es que esté de parte de todas las organizaciones terroristas del mundo: ETA, gobierno de Cuba, gobierno de Venezuela, gobierno de Nicaragua, Hamás, Terra Lliure, etcétera.
Pero el problema no es ese, sino que siendo todo tan previsible Podemos forme parte del gobierno, con la aquiescencia del PSOE, y como consecuencia España esté enfrentada a todos los países del mundo cuyo gobierno tiene alguna relación con la decencia. Todo el mundo sabe que el de España no tiene ninguna y es desesperante que un partido como el PSOE, que en su día, aunque de forma fraudulenta, presumía de nivel ético haya renunciado por completo a poderlo hacer. Sus componentes actuales, con tal de conservar sus prebendas, aceptan todo lo que el Felón les imponga. A fuerza de resucitar a Franco, mientras le pasan la mano por el lomo a Maduro, han acabado por reconocer que tenía razón. Porque si pensaran que la tenían ellos lo habrían dejado tranquilo en la tumba.
Podemos es un partido lleno de belarras y belarros, o sea, gentes situadas en el extremo torpe de la campana de Gauss; por muy atento que se esté a sus cosas es imposible descubrir en ellos una idea idea interesante. Todo lo que muestran es odio, envidia, afán destructivo, deseo de hacer el mal. Promueven el acoso, para otros, no para ellos. Con cambiarle el nombre y llamarlo escrache ya les parece legítimo. Si se lo hacen a ellos, chillan. Ponen el grito en el cielo, y llaman a la Guardia Civil para que los proteja. Promueven la ocupación, y el PSOE, que sabe que es lo más nefasto para la economía de un país, lo acepta.
¿Hasta cuándo va a soportar España todas estas barbaridades? ¿Cuándo los socialistas van a tener que enterarse de que son cómplices?
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