El Estado es capaz de defendernos del humo, también de la hamburguesa; se podría precisar que de cierto tipo de humo y de cierto tipo de hamburguesa. Pero es incapaz de impedir que ciertos "listos" descubran vacíos legales y creen negocios imposibles. Lo que suele ocurrir al final en estos casos es que nos toque pagar a quienes no queremos que el Estado nos proteja tanto ni tampoco queremos duros a cuatro pesetas.
Quizá sería conveniente que los políticos no dieran la sensación de tenerlo todo controlado, lo que por otra parte, tampoco es cierto. La prueba es que no sólo no pueden controlar a ETA, sino que suspiran con negociar con la banda y hasta asumen su propio lenguaje. Es impropio hablar de proceso de paz. Quizá podrían colgar un cartel, o procurar de algún modo, que todo el mundo tuviera presente que el Estado no puede proteger a nadie de su propia estupidez. Bueno, a algunos sí. Ahora está protegiendo a un etarra que decidió hacer huelga de hambre.
La vida es una aventura, en la que acechan peligros por todas partes. A mí no se me ocurriría jamás comprar un billete de avión de una compañía de esas. Pero ahora tengo que pagar, como contribuyente, los billetes de otros que fueron excesivamente crédulos. No es la primera vez que ocurre algo similar. ¿Podría el Estado ser más diligente en la detección de estos negocios inciertos? Tal vez, pero también podría tener la gente más cuidado con lo que hace.
1 comentario:
Mak, del blog amigo De todo un poco, pedía, el fin de semana, información al respecto, le daré tu link, gracias!
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