Ha dicho Garzón que el movimiento independentista tiene todo el derecho a actuar en política, cosa que al ciudadano español le ha de venir a resultar lo mismo que si hubiera dicho que quien se mete en el agua se moja. Llevamos muchos años soportando los discursos iracundos de Arzallus y de otros en la misma línea. Llevamos muchos años diciéndonos lo mismo cada vez que ETA comete un atentado. Si pueden defender sus ideas políticamente, ¿qué excusa les queda para matar? Incluso un partido independentista es aliado del gobierno. Los partidos independentistas no son ajenos a la política española, pues. Y siendo así que hay partidos independentistas, que campan a sus anchas y que incluso a veces se saltan la Constitución, aquí está la ETA, sin duda porque le interesa a alguien que esté. Alguien ha de varear el árbol para que otros recojan las nueces. “Varear” el árbol es un ejercicio que a los etarras les encanta. Y no sólo por vicio, que también, sino porque les permite vivir a cuerpo de rey. Tienen un entorno social que acepta sus actos y los tiene como muy valerosos. Y este detalle que debería avergonzar al PNV, que es el partido que gobierna y que más ascendiente tiene en el País Vasco, es utilizado, por el contrario, como argumento en beneficio de ese entorno, al pedir una y otra vez que se le permita concurrir a las elecciones. El movimiento independentista tiene derecho a actuar en política y actúa, pero también debe saber que ha de respetar los límites. Y los amigos de los asesinos deben ser conscientes, y si no lo son se lo debemos hacer saber los demás, que son unos canallas. Otegi, de puro torpe que es, sin ETA, no sería nadie. Es vergonzoso que siempre esté en los medios.
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