Es fácil entender la postura del hijo de Madeleine Z., al que nadie tuvo en cuenta. Bueno, quizá su madre pensó que no quería ser una carga para él. Sin embargo, hay que comprender que siendo difícil defender teóricamente el suicidio, son muchos lo que lo intentan y bastantes los que lo llevan a cabo. Una vez consumado, no hay nada que decir. ¿De qué sirve juzgar a quien no ha hecho daño a nadie, salvo a sí mismo? Madeleine podría haberse suicidado de muchas otras maneras. Quienes la acompañaron en sus últimos momentos podrían haberse negado a hacerlo, pero decidieron estar a su lado. ¿Por qué juzgar negativamente la intencionalidad de esas personas? También pudieron estar motivadas por sentimientos caritativos. Antes de proseguir, quisiera puntualizar que no me parece apropiado que se hable de muerte digna. ¿Es que quien muere sufriendo no tiene dignidad? Precisamente, el sufrimiento hace más dignas a las personas. Debería dársele otro nombre a este tipo de muerte.
El cardenal Cañizares se ha referido en términos muy duros al caso comentado. Pero esa dureza suya no va a impedir nuevos casos. Hay mucha maldad en el mundo y, muy a menudo, vivir no resulta fácil. El mundo de los eclesiásticos tampoco es ajeno a la maldad, así que el mejor camino para evitar nuevos casos de suicidio consiste en luchar por un mundo mejor y el camino lo marcó Santa Teresa de Ávila, cuando le dijo a la monja que la acompañaba: "A partir de mañana usted y yo vamos a ser mejores".
2 comentarios:
¿Por qué no empezar por ahora mismo? mira qué lista esta Santa Teresa ;)
En cuanto a la eutanasia, desde que nacemos sabemos que vamos a morir, no hay razón para adelantar ese acontecimiento a un momento concreto, y no a otro, o a otro, etc.
Hay "problemas" que su planteamiento es un error en sí mismo.
¿Y esta puñetera manía que tiene la sociedad de juzgar hechos privados, en lugar privado y en uso del derecho que asiste a todo ser humano a hacer lo que le dé la gana consigo mismo y sus cosas personales y que en nada perjudican a terceros?
Item más, ¿dónde estaba ese hijo, el cual parece ser, que poco menos que se enteró por la prensa de la muerte de su madre?
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