Hay una serie de muertes sospechosas en Rusia, en las que los asesinados fueron personas peligrosas para el régimen y también se sabe que que las mafias ejercen un gran control en los mercados financieros rusos y que las ilegalidades en las actividades financieras de ese país no sorprenden a nadie. Se pudo ahorcar, de un modo cutre, todo hay que decirlo, a Sadam, pero no se puede tocar a Putin. Mal emplear la pena de muerte y mal tener que hacer la vista gorda ante prácticas de gobierno más que dudosas. Claro que la lista de estas últimas no se circunscribe a Putin, sino que es terriblemente larga. La cuestión es que en los tiempos que corren la capacidad para hacer daño es considerable y que no podemos alegar ignorancia con respecto a lo que ocurre por el mundo. De modo que si fuéramos consecuentes, nos urgiría acabar con ambas cosas, con los gobiernos injustos y con el hambre. El único camino consiste en refundar la ONU, poniendo todo el empeño en que sus intentos por lograr un mundo más justo resultaran creíbles para todos. Pero para ello, todas las naciones han de ceder y en algunos casos, bastante. Y ahí es en donde radica el principal escollo. Cuando la justicia choca con el egoísmo, puede salir malparada. También tendría efectos positivos la consolidación de Europa como un único país, pues ello significaría que varias naciones habían logrado vencer sus respectivos sentimientos nacionalistas en pro de un objetivo más solidario.
1 comentario:
Pienso lo mismo, a ver que va a pasar pero Rusia es demasiado importante para los recursos energéticos en el escenario internacional...quedamos en contacto Alessandro
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