En el día de hoy, Día mundial de los docentes, el presidente del gobierno ha publicado en El País una Carta abierta a los maestros.
Habría que comenzar diciendo que la profesión de maestro es la más difícil y al mismo tiempo más bonita de todas, y la que más responsabilidad entraña. Es decir, habida cuenta de que a todos nos interesa que los maestros desempeñen su labor en paz y armonía, por el bien de nuestros hijos del país en general, no parece que las cosas vayan por ese camino.
La situación de la enseñanza no se arregla con una carta abierta del presidente del gobierno. Tampoco con la solución mágica de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Devolver a los maestros el prestigio del que gozaron antaño requiere de una labor constante y diaria.
Lo que pone de relieve la carta de Zapatero es que una constante de nuestros políticos es la de no reconocer nunca sus errores. Y también la de llenar textos con palabras vacías y con conceptos no comprendidos. Dice el presidente: “Nunca España había tenido tanto potencial de futuro y nunca antes nuestro porvenir había dependido tanto de la educación, del conocimiento.” Al figurar el futuro en el texto, lo hubiera firmado el mismísimo Camps. Pero es que el porvenir de una nación siempre ha dependido de la educación. ¿Qué ha querido decir Zapatero? ¿Piensa que los maestros son tontos?
También dice lo siguiente: “Hoy nuestro sistema educativo se abre a toda la población”. Podría haber puesto que todo el mundo tiene acceso a la educación, reservándole al verbo abrir otras funciones.
Aparte de todo lo anterior queda el hecho de que siendo la educación tan importante como es, y el propio Zapatero reconoce, no debería haberse transferido tan alegremente a las Comunidades Autónomas. Eso de suponerle buena fe a todo el mundo estando en juego la educación de los jóvenes no parece muy responsable. La culpa no la tiene Zapatero, es obvio, pero tampoco ha demostrado que se hubiera dado cuenta del desaguisado. Lo hubiera hecho si el ministerio de Educación hubiera intentado trabajar, codo con codo, con las Autonomías desde el principio.
Habría que comenzar diciendo que la profesión de maestro es la más difícil y al mismo tiempo más bonita de todas, y la que más responsabilidad entraña. Es decir, habida cuenta de que a todos nos interesa que los maestros desempeñen su labor en paz y armonía, por el bien de nuestros hijos del país en general, no parece que las cosas vayan por ese camino.
La situación de la enseñanza no se arregla con una carta abierta del presidente del gobierno. Tampoco con la solución mágica de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Devolver a los maestros el prestigio del que gozaron antaño requiere de una labor constante y diaria.
Lo que pone de relieve la carta de Zapatero es que una constante de nuestros políticos es la de no reconocer nunca sus errores. Y también la de llenar textos con palabras vacías y con conceptos no comprendidos. Dice el presidente: “Nunca España había tenido tanto potencial de futuro y nunca antes nuestro porvenir había dependido tanto de la educación, del conocimiento.” Al figurar el futuro en el texto, lo hubiera firmado el mismísimo Camps. Pero es que el porvenir de una nación siempre ha dependido de la educación. ¿Qué ha querido decir Zapatero? ¿Piensa que los maestros son tontos?
También dice lo siguiente: “Hoy nuestro sistema educativo se abre a toda la población”. Podría haber puesto que todo el mundo tiene acceso a la educación, reservándole al verbo abrir otras funciones.
Aparte de todo lo anterior queda el hecho de que siendo la educación tan importante como es, y el propio Zapatero reconoce, no debería haberse transferido tan alegremente a las Comunidades Autónomas. Eso de suponerle buena fe a todo el mundo estando en juego la educación de los jóvenes no parece muy responsable. La culpa no la tiene Zapatero, es obvio, pero tampoco ha demostrado que se hubiera dado cuenta del desaguisado. Lo hubiera hecho si el ministerio de Educación hubiera intentado trabajar, codo con codo, con las Autonomías desde el principio.
1 comentario:
De todo corazón...
¡¡¡Felicitaciones para todos los maestros y maestras del mundo!!!!
Aquí en Perú se celebra el 6 de julio.
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