lunes, 23 de noviembre de 2009

Munilla y el PNV

La actitud que mantiene la Iglesia frente al aborto debería extenderla a todos los demás campos de la actividad humana. Tiene motivos más que sobrados para excomulgar a Setién, a Uriarte, a Arzallus y una larga lista de personas. Eso de equiparar a los familiares de los asesinos con los de las víctimas es una villanía que no sustenta en ningún tratado moral.
Una mujer que aborta puede tener justificación, puesto que vive en un mundo tan imperfecto e insolidario como se ha visto más arriba. Lo que no tiene justificación de ningún tipo es la misma existencia de ETA, así que cualquier blandura con la banda por parte de algún religioso debería ser castigado por la Iglesia con la expulsión inmediata.
Por su parte, el PNV ha protestado airadamente por el nombramiento de José Ignacio Munilla como obispo de San Sebastián. Esto viene a demostrar el carácter dictatorial e intolerante de este partido. ¿Es que el Papa le dice al PNV a quienes ha de nombrar o situar en las candidaturas? Se ve que al PNV le gusta la manipulación; lo suyo no es respetar la voluntad de los votantes, sino manipularlos para dirigirlos hacia donde quiere; y tiene a la Iglesia por manipuladora y le exige que manipule en el sentido que le conviene. La Iglesia hasta ahora ha estado prestándose, por lo que se ve. Hay quien dice que la mayor parte de los curas son nacionalistas y que este obispo no lo es. Pero el nacionalismo y la doctrina cristiana casan muy mal, sin tener en cuenta que la labor sacerdotal no tiene nada que ver con la política. Una cosa es que un sacerdote pueda opinar, y equivocarse, y otra que milite en un partido o que defienda una opción. Pero un sacerdote, y mucho menos si es obispo, en ningún caso debe incitar al odio entre los cristianos de un lado de la raya y los del otro.

1 comentario:

Leona catalana dijo...

Los políticos tienen un serio problema de percepción y entendimiento. Por una parte, a bote pronto consideran a los miembros de la Iglesia como a políticos con los que batirse. Pero cuando se dan cuenta, les instan a callar, negándoles incluso el derecho a ejercer sus funciones entre los feligreses.
Es como si un partido le dijese a otro: "¡Calláte!, no digas esto, que me estropeas la estrategía". Una necedad, ¿no? Porque la Iglesia se dirige a sus fieles, igual que el PSOE se dirige a los suyos, y el PNV, y el PP, y...

Efectivamente, curas y obispos no tienen ningún derecho a enfrentar a nadie, va contra los principios de la religión cristiana. Y esto lo hacen los curas nacionalistas, porque una cosa es defender la vida, algo que no necesita explicaciones, que no se trata de religión, sino de moral, y otra que tomen partido por unas ideas defendidas por asesinos por medio del terror y la muerte.