Si se tiene en cuenta que es muy bajo el porcentaje de políticos procesados y condenados, esa presunción es cierta. Pero si se piensa que hacen lo que les mandan los jefes de los partidos la conclusión es otra, porque queda claro que no miran por los intereses de los ciudadanos, sino por los de sus jefes, por los de sus partidos y al final por los suyos propios. Esto no es militancia pura y dura, sino corrupción pura y dura.
Si los diputados han de votar lo que les manden, ¿para qué tantos? Bastaría con una persona por cada partido. Esa persona tendría 137 votos, 82 o 14, según los resultados de las elecciones. Nos ahorraríamos muchos sueldos los ciudadanos. ¡Qué gusto que hubiera tan políticos en el país! El hecho de que se sepa de antemano lo que va a votar cada diputado permite la compraventa. Hay que hacer constar, por si a alguien se le ha escapado, que eso es corrupción. Los debates que se llevan a cabo en los congresos de los diputados no son tales, puesto que no se pretende ganar ningún voto con el discurso. Los votos se ganan en las negociaciones, o sea, se venden y se compran. ¿Para qué diablos ponen los traductores en el Senado si da igual lo que digan? Si los políticos fueran honrados dimitirían y se apartarían de la política hasta que cambiaran las cosas.
Los ciudadanos votan a los políticos para que defiendan sus intereses, los de los ciudadanos. No todo lo que proponga el propio partido es bueno, ni es malo todo lo que proceda de los demás. Para eso están los debates, para que cada uno defienda su idea y logre convencer al mayor número de asistentes. Pero aquí ya se sabe: aplausos para el propio y pitos para el contrario y a eso le llaman honradez.
'Tus colores son los míos''El filósofo entre pañales'
'Dichos, comparaciones y frases populares'
'Homero, Ilíada'
'Switch in the red'
'Diccionario Web 2.0'
No hay comentarios:
Publicar un comentario