sábado, 24 de julio de 2010

Los nacionalistas mienten

Según informaciones ofrecidas por la prensa, en los campamentos de verano del País Vasco se impidió a los niños ver el partido de la final del Mundial de Fútbol, y no contentos con eso se les dijo después que había ganado Holanda, con gol de Robben.
Ésta, además, es una de esas noticias que se cree la gente sin rechistar, puesto que la prepotencia y la mentira son de uso habitual entre los nacionalistas. España nos ha ofendido y humillado, dicen los nacionalistas catalanes, por ejemplo, sin que le caiga la cara de vergüenza a ninguno por semejante despropósito. Lo propio de estos nacionalistas que padecemos por aquí y quizá los de todos los de la época actual no es defender sus derechos o su razón, sino imponer sus tesis, aun a costa de lo que sea.
El hecho de que se les prohibiera a los niños ver el partido es muy grave, puesto que introduce en ellos la idea de que los totalitarismos son tolerables o recomendables. El hecho de que se les mienta con respecto al resultado junto con el de que se les haya impedido ver el partido introduce en la mente de los niños la idea de que odiar es bueno, porque si es bueno odiar a España también lo será albergar otro tipo de odios en el interior de la persona. Alguno de estos niños puede acabar siendo etarra, sobre todo si continúa recibiendo mensajes de este tipo. Ordenar a los monitores de los campamentos que impidan a los niños ver el partido y que les mientan después, es más grave de lo que parece, puesto que desprovee de toda dignidad a estos monitores. Que un cargo político, que debe velar por la dignidad de los ciudadanos, desprovea de la suya a algunos de sus subordinados es un grave caso de corrupción política.

'Los Borgia'
'La ciudad desplazada'
'Tus colores son los míos'
'El filósofo entre pañales'
'Dichos, comparaciones y frases populares'
'Homero, Ilíada'
'Switch in the red'
'Diccionario Web 2.0'

1 comentario:

Leona catalana dijo...

Ya tuve un extenso debate sobre el tema en Facebook, cuando la noticia mencionaba sólo el albergue catalán.
Y ello porque conozco el funcionamiento de albergues y casas de colonias.

El programa de estos establecimientos no contempla que los chavales miren la TV, ya que todas las actividades se basan en ejercicios y juegos al aire libre, más otras -siempre de participación-, antes de acostarse, como canciones y bailes, y por tanto, si la hay suele ser un aparato en la sala de descanso de monitores y profesores, una habitación a todas luces insuficiente para aforar a 150 o 200 chicos.

La negativa pues, se basa en la imposibilidad de espacio más que en romper las normas.

Otra cosa es que se les mintiese en el caso vasco. Esto sí es grave y mucho.

El sensacionalismo hace que se haga fijar la atención en el marco de la foto en vez de en ella. Aunque en este caso la foto fuese manipulada miserablemente.