De Eguiguren puede que hablen bien los votantes de Bildu y Amaiur; difícilmente lo harán quienes rechazan frontalmente a Eta, grupo en el que me encuentro. Por cierto, ahora se dice que ese rechazo radical a Eta proviene de la extrema derecha. Pues que digan lo que quieran. ¿Es que se presume que la derecha moderada y toda la izquierda puede tener algún tipo de connivencia con el terrorismo?
A Patxi López se le consideraba de un nivel superior, quizá porque se habían depositado muchas confianzas en él. Pero ya se va viendo que era una fe forzada. Patxi no da mucho de sí. Cuando le traicionó Zapatero, al pactar con el PNV, fue incapaz de protestar, aunque sólo fuera por dignidad.
Patxi López también fue incapaz de comportarse dignamente cuando Mariano Rajoy fue a dar el pésame a los familiares de Isaías Carrasco.
Finalmente, entre Patxi López y Rosa Díez parece haber algo personal, a causa, probablemente, de que la dirigente de UPyD sabe perfectamente que el enemigo es Eta y no el PP. Patxi López gobierna precisamente gracias a este partido, pero busca, diríase que con desesperación, ser aceptado por todos esos que han callado ante las atrocidades etarras. Estos tipos son los que quieren acallar su mala conciencia dando por buena la actitud de los etarras. Por eso odian a Rosa Díez, porque ella, y sobre todo en este aspecto, dice las cosas como son. La odian porque con su discurso, enfrentado radicalmente al de los etarras, les recuerda su cobardía. Rosa Díez, también supo afear en su momento, creo que militaban en el mismo partido todavía, las dobleces de Patxi López. Éste se venga arteramente. Hace poco ha dicho una tontería tan grande sobre Rosa Díez que sólo se la pueden creer los interesados. Pero es posible que ni siquiera haya querido vengarse, sino que haya intentado aprovechar, electoralmente, el odio que le tienen los cobardes a ella. Eguiguren y López son las dos caras de una misma moneda.
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