De manera obscena por parte de los votantes del PSOE, se viene hablando de los recortes de Rajoy. No se considera lo que hubiera hecho Rajoy de encontrarse con la caja llena. El caso es que se la va encontrar más que vacía y Zapatero ya comenzó con los recortes. Los caprichos se pagan caros y el de votar al simpático de la ceja nos ha salido por un pico.
Lo fundamental en España es profundizar en la democracia, creo yo. Habría que reestructurar todo nuestro sistema, para que no se pudiera acaparar tanto poder como tienen los líderes de los partidos, para que los ciudadanos tuvieran más mecanismos de defensa ante los desmanes de los poderosos y para que no nos saliera tan cara nuestra clase política.
No se ha visto en el discurso de Rajoy la intención de acabar con toda la serie de gastos inútiles de las Administraciones Públicas españoles, cosa que de producirse haría más llevadera la carga a la clase trabajadora, que es la que ha de bailar con la más fea.
Sin embargo, sí que ha demostrado Rajoy tener sensibilidad. Todo el mundo esperaba que congelara también las pensiones, y el ahorro que hubiera logrado haciéndolo le hubiera facilitado la consecución de sus objetivos. Y ha preferido tener un gesto con los más desfavorecidos y que menos culpa tienen de la crisis. La única culpa que pueden tener los pensionistas, con respecto a la crisis, es la de haber votado a Zapatero, los que lo hayan hecho.
Los trabajadores en activo van a tener más difícil acceder a una jubilación en buenas condiciones. Diríase que se han acabado las bromas y a partir de ahora hay que tomarse las cosas en serio y pensar bien lo que se hace. A partir de ahora deberemos exigir más democracia, porque está claro es que la clase política no nos la va a dar por las buenas.
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