martes, 25 de febrero de 2014

Las líneas rojas de Viviane Reading

Da la impresión de que ni siquiera quienes cobran de la Unión Europea tienen claros los conceptos sobre lo que debe de ser. Es lamentable que no se abra un debate sobre lo que se quiere que sea. La idea de Europa que explica José Borrell en su artículo titulado 'Entre Roma y Kiev', puede ser un buen punto de partida para el debate, e incluso de llegada.
Me parece mejor construir la Unión Europea sobre la base de un ideal que puede ser compartido por muchos, que partir de lazos culturales históricos, cosa que se puede prestar a muchas manipulaciones.
Un ideal compartido rechaza, por puro sentido común, cualquier veleidad separatista. Es un contrasentido que una región que ya está dentro, por formar parte de una nación, quiera separarse de ésta y seguir dentro.
De ahí que cuando Viviane Reading, que ha procurado no herir con su discurso la susceptibilidad catalana ha ofendido a los españoles decentes, que son los que respetan las leyes. Por supuesto que hay líneas rojas, Señora Reading. Si a usted no le pagan el sueldo, se va a incomodar mucho y va a decir que se han traspasado las líneas rojas. Y si usted no acepta que dejen de pagarle su sueldo deberá aceptar también los españoles decentes exijan el respeto a las leyes.
Debería tener en cuenta la Señora Reading la gran paciencia demostrada por las personas de bien, que han de soportar las barbaridades que dicen unos sujetos llamados Duran Lleida, Mas, Benach, Carod Rovira, Forcades, etc.
Viviane Reading, como funcionaria que es, debería explicar que el respeto a las leyes es fundamental en democracia y que el lugar adecuado para quienes no las cumplen es la cárcel. Quienes quieran conseguir algo deberían intentarlo por los cauces adecuados. Es injusto que haya personas que se esfuerzan en cumplir la ley y que otras se la salten a la torera y no pase nada.

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