miércoles, 26 de febrero de 2014

¿En su condición de juristas?, pregunta de Carreras

Mediante el artículo de Francesc de Carreras que, con el mismo título, ha publicado en El País, me entero de la base con que 35 jueces catalanes pretenden servir a la causa.
Estos jueces parecen forofos de Tardà. Es curioso que se pueda decir algo así, no ya de un juez sino de 35.
Tampoco parecen haberse enterado de la sentencia de Zapatero: El concepto de nación es discutido y discutible. Claro que cuando dijo eso se refería a España. Si hubiera estado hablando de Cataluña a lo mejor hubiera dicho otra cosa. Zapatero, en sus tiempos de esplendor calzaba el par de zapatos adecuados para cada ocasión.
Toda causa nacionalista está sembrada de trampas. Estos jueces que todos juntos suman treinta y cinco se basan en una idea clave: Cataluña es una nación y eso no admite discusión. Pero como le explicó el ministro José Manuel García-Margallo al citado Tardà, la única posibilidad que tiene Cataluña para alcanzar la independencia es declararla de forma unilateral, lo que conllevaría el empobrecimiento súbito de la mayoría de los catalanes; también del resto de españoles, pero menos. El caso es que el resto de españoles ni busca eso, ni lo quiere. Lanzó el ministro, en la citada ocasión, una pregunta muy esclarecedora: ¿En el caso de que Cataluña se declarara independiente, pero Tarragona deseara seguir en España, lo consentirían?
Se le atribuye a Karl Marx la frase: El nacionalismo es un invento de la burguesía para dividir al proletariado. Los nacionalistas de izquierdas, vaya contradicción, deberían explicar esto. O sea, si no están de acuerdo, como parece que es el caso, tendrían que dar sus explicaciones. Si no lo hacen cabe entender que no pueden.
Los 35 jueces podrían entretenerse con lo que dijo Erich Fromm: El nacionalismo es nuestra forma de incesto, es nuestra idolatría, es nuestra locura. El patriotismo es su culto.
 

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