jueves, 29 de junio de 2017

La Casa del Rey hizo bien

Me refiero al hecho de que no fuera invitado a la conmemoración del cuadragésimo aniversario de las primeras elecciones democráticas. Las explicaciones aducidas por La Casa del Rey son correctas. Y, además, Juan Carlos I debió sentirse representado por Felipe VI.
Además de esas razones están también las históricas. Juan Carlos I siempre ha querido ser considerado como el artífice de la Transición y Luis María Anson suele esparcir esa versión. La verdad, sin embargo, es que el héroe de la Transición fue Adolfo Suárez, al que acompañó en ese empeño Manuel Gutiérrez Mellado. Ambos corrieron todos los riesgos que entrañaba la misión que tenían encomendada y los dos sufrieron todo el desgaste. El entonces Rey, por su parte, estuvo a punto de cargarse la democracia y luego la Monarquía. Debería darse cuenta de que lo mejor que puede hacer ahora es apartarse a un lado y dejar que su hijo intente recuperar para la institución monárquica el prestigio perdido.
Si Juan Carlos I hubiera sido más sensato el golpe del 23-F no se habría producido. Como consecuencia, si Adolfo Suárez y Manuel Gutiérrez Mellado no hubieran actuado como hicieron, seguramente la historia sería otra; como también fue una suerte que cogiera el teléfono Sabino Fernández Campo y no el entonces Rey y dijera aquello de «ni está ni se le espera».
Cuando Agustín Rodríguez Sahagún fue nombrado ministro de Defensa, Juan Carlos I le telefoneó, saltándose al presidente del Gobierno (ese es el respeto que tenía el entonces Rey por Adolfo Suárez), para pedirle que traslada a Madrid al General Armada, a lo que accedió. Al enterarse Adolfo Suárez telefoneó a su subordinado para hacerle saber que si había un golpe de Estado el responsable sería él.
La imprudencia de Juan Carlos I, en tantos aspectos de su vida y de su reinado, nos ha salido cara a los españoles y aun podría haber sido peor. Lo mejor que podría hacer es no molestar.

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