sábado, 17 de junio de 2017

No le gustan las mujeres no sumisas

Eso le dijo la diputada canaria, Ana Oramas, al coletas de los cojones, ese malasombra que desea instaurar en España un régimen como el venezolano, ese listillo que está calcando los métodos de los que se sirvieron los bolcheviques en Rusia.
Hoy en día abundan las personas machistas (dicho así para que quede claro que me refiero a los dos sexos), que presumen de feministas, y no cabe duda de que el macho alfalfa es una de ellas. Conviene recordar que tengo escrito en otro lugar que considero al feminismo como un movimiento que lucha por la justicia y que lo que distingue al machismo es la prevalencia del fuerte sobre el débil. En este sentido es obvio que Podemos no puede enarbolar la bandera del feminismo bajo ningún concepto y si lo hace es de manera ficticia y arropado por otras fuerzas igual de sectarias. No hay más que citarlas: Compromís, ERC y Bildu. Partidos todos ellos antisistema, pero que viven del sistema. Es difícil de entender que sean legales, puesto que es imposible, al igual que ocurre con Podemos, que puedan rendir algún servicio a la sociedad.
No puede enarbolar esa bandera puesto que pretende asustar a quienes no se rindan a sus ‘encantos’, y realmente hay que tener el estómago de estraza para ello. Cualquier persona que tenga un mínimo de sensibilidad tiene que abominar de las barbaridades de los podemitas, tiene que sentir náusea cada vez que ve aparecer a uno de estos en cualquier parte.
Se conoce que Montero llora cuando quiere y si Ana Oramas denuncia que los podemitas la insultaron en la red le da igual. Lo que interesaba era que la acusación de nepotismo pasara desapercibida y que, por el contrario, el foco se centrara en el posible machismo de Hernando, mucho menos patente, por otra parte, que el de ese Iglesias al que Oramas tiene calado.


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