miércoles, 21 de junio de 2017

Lo de Mato y Mayer

Si fueran del PP ya estarían las hordas de Podemos, porque no se les puede llamar de otro modo, haciendo ruido y dando tabarra en todas las partes que pudieran, emisoras de radio, canales de televisión, Twitter, Facebook y demás, exigiendo su dimisión.
La de insultos que les habrían dicho, siempre los mismos, porque su repertorio no es tan grande, ni mucho menos, como el de Pancracio Celdrán Gomariz.
Pero ocurre que esos dos son de Podemos y entonces han recordado que saben leer y han leído lo que debieron leer en su día, al acceder a sus cargos, y como fruto de esa lectura está la conclusión de que no deben dimitir.
Quienes deben dimitir, o ser destituidos, siempre son los otros, o sea, los del PP.
Evidentemente, Podemos no tiene enmienda posible. Es un partido ideado para hacer el mal. No cabe esperar nada bueno de él. Por ejemplo, el PSOE es el partido que acabó con la poca independencia de que gozaba desde sus inicios en la democracia el CGPJ. Montesquieu ha muerto, nos dijeron. También fue el partido institucionalizó la corrupción al expulsar a Alonso Puerta. Si en lugar de eso lo hubiera premiado y hubiera perseguido la corrupción que había denunciado otro gallo nos cantaría ahora. Pero del PSOE hay que pensar que fue establecido con buenas intenciones. Si no las han tenido sus dirigentes a lo largo del tiempo, por lo menos cabe atribuírselas a parte de su electorado. Aunque ese electorado, obviamente, no puede ser el que ha optado por el actual Secretario General, un ambicioso sin principios ni vergüenza.
Esas buenas intenciones no cabe imaginarlas en nadie de Podemos, dirigentes, votantes, o simpatizantes. Ese partido, allí donde puede hacer el mal no se lo piensa dos veces. Si aparece Bildu en algún asunto, está con Bildu; si se pide solidaridad con los etarras presos, se solidariza.


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