jueves, 22 de febrero de 2007

Antiblavers

Buscando cosas por Internet a veces me doy de bruces con los antiblavers. Por supuesto que no entro a ver qué es lo que pretenden. La palabra ya es bastante explícita y señala la tirria que les producimos a los integrantes de esos grupos quienes defendemos las señas de identidad valencianas. Por supuesto que soy consciente de que en la vida hay cosas mucho más importantes que las señas de identidad nacionales o locales. Pero mientras haya que optar por unas, yo lo hago por las que creo que corresponden. Estos grupos intolerantes que, de modo acusica, señalan con el dedo, hacen recordar que de la historia sólo aprende quien quiere. El hecho de que los nazis cometieran tantas atrocidades no se debe a que el pueblo alemán estuviera predestinado para ello, sino a que si se dan determinadas circunstancias parte del género humano deviene en nazi. Hacia ahí apunta la intolerancia de esos antiblavers. ¿Pretenderán que nos asustemos y que con tal de no figurar en sus listas cambiemos de opinión? Luego se las dan de demócratas y de ilustrados intelectuales. No debería creerse demócrata quien no lo es. El pretexto de la ciencia nunca puede ser suficiente motivo para perseguir a nadie ni para colgarle sambenitos. De modo que figurar en alguna de las listas de los antiblavers es un honor y una deshonra para quienes crean y aplauden esas listas. No creo que éstos entiendan lo que acabo de afirmar. Y renuncio a explicarlo. Yo me siento muy a gusto con aquellos valencianos que desean la unidad del valenciano y el catalán pero que respetan mi opinión contraria y no reaccionan burlándose de lo que algunos llaman faltas de ortografía y que no es otra cosa que escribir usando normas valencianas y no catalanas. No se burlan, no tratan de imponer y reconocen el derecho de cada uno a tener su propio criterio.

Palau de les Arts (Palacio de las Artes)

Chadar entre torres

`Cocina con más corazón´,


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