lunes, 26 de febrero de 2007

La civilización, un mito

Hay quienes siendo conocedores de situaciones infames, no sólo se desentienden de ellas, sino que las dan por buenas y hasta puede presumirse, con suficientes posibilidades de acertar, que hasta dan golpecitos en las espaldas de quienes las ordenan o propician, y luego quizá escriben artículos cargados de buenas razones y a veces se permiten el lujo de citar la nobleza, como si no fuera ajena a sus personas. La civilización es, pues, un mito, que ayudan a forjar todos esos que optando siempre por la opción más cómoda para ellos, tratan luego de salvar su conciencia, o de engañar a los demás y de paso a sí mismos, dándoselas de probos y concienzudos hombres de bien. O mujeres. Eso explica no sólo que exista Guantánamo, sino que quienes mandan allí digan que algunos de los presos no deberían estar en ese lugar. Naturalmente que no, pero una vez que existe el sitio es inevitable que las aberraciones se sucedan. Pero no es necesario ir a Estados Unidos o a Guantánamo, dentro de España también se llevan a cabo injusticias equivalentes, quizá no tan llamativas, aparentemente insignificantes, pero moralmente igual de reprobables. Y algún día habrá que referirse a África. Volviendo lo que sucede en España, conviene repartir las culpas por todas y cada una de las comunidades autónomas, y acaso convenga sacar a colación algo que sin ser propiamente una injusticia, sí es una de las tonterías que las propician, como es la petición de Ibarra a Rubalcaba de que no deje morir al etarra huelguista, para que no se convierta en un mártir. ¿Cómo se puede convertir en un mártir un asesino no arrepentido? No conviene crear estados de opinión ilusorios. Si muere, se le entierra y a otra cosa. Sólo las malas personas pueden tratar de rentabilizar esa muerte, en el caso de que se produzca. En Ecuador, está en huelga de hambre Sandra Correa León. ¿Dónde están las voces que claman para que se le haga justicia? En este caso sí que merece la pena preocuparse por la suerte de la huelguista.

10 comentarios:

Unknown dijo...

Ahora lo trato de usted. Que goza de envidiable sabiduria y me hace sentirme bien al compartirla y gritarla a los cuatro vientos, amigo del alma.

María Paz Díaz dijo...

Resulta que Serbia no ha tenido la culpa del genocidio, porque miró para otro lado.
Siguen siendo monos.

Xurxo Ventos dijo...

Sorprende en un periodista tan leído (o más bien sorprende cómo es tan leído un periodista así) que no sea capaz de ver más allá de lo que es su punto de vista. Desde luego que para usted De Juana en caso de morir no sería un martir, sino una alimaña que está mejor así. Sin embargo, aunque le parezca imposible, no todo el mundo piensa como usted, y le puedo asegurar que para toda la izquierda vasca (no solo la abertzale) De Juana sería una víctima inocente del Estado en caso de morir como consecuencia de una huelga de hambre en protesta por su injusta encarcelación. Esto muy pocos periodistas lo dudan, muchos otros presos se han convertido en mártires con mucho menos. Despreciar las consecuencias de dejar que De Juana muriese protestando por una injusticia manifiesta es de una irresponsabilidad sin límites. Estamos hablando de posibles represalias que podrían costar vidas humanas.
La frase final de su artículo arroja luz sobre la clase de persona que es usted. Se aprecia que en su opinión hay personas cuya vida merece respeto y conservación y otras que no. Señor Torres, los valores de los que parte usted están muy claros en esa frase. Por si no se había atrevido nunca a pensar en ello (porque me huele que usted va de progre), yo se lo digo bien claro: no son los que inspiraron los Derechos Humanos, sino el FASCISMO.

Vicente Torres dijo...

Xurxo Ventos:
Los amigos del múltiple asesino etarra pueden verlo como se les antoje, pero lo cierto es que una persona de las características de De Juana jamás puede ser un mártir. Dice usted que está en huelga para protestar por una encarcelación injusta y resulta que cumple condena impuesta por un tribunal. ¿Dónde está el rigor de usted? Más bien se le nota su simpatía hacia el asesino y con el consiguiente desprecio a las víctimas. Evidentemente, el caso De Juana, de tanta repercusión mediática, no es equiparable al de Sandra Correa León, que sí que se ha hecho merecedora de las atenciones que no recibe.

Xurxo Ventos dijo...

Señor Torres,
Creo que el problema es que usted tiene una particular idea de la palabra mártir, tal vez relacionada con su sentido originario, que se refiere a la persona que padece y muere por amor a Jesucristo o por sus creencias cristianas. Sin duda De Juana no es eso, dudo que crea en Jesucristo ni nada que se le parezca. Pero la segunda acepción del diccionario de la Real Academia sí parece hacerle más justicia: "Persona que muere o padece mucho en defensa de otras creencias, convicciones o causas". Aquí es fundamental que haga, señor Torres, el ejercicio de abstracción de su punto de vista que le pedía en el anterior comentario, y llegue a comprender que aunque usted no las comparta, De Juana tiene unas ideas y convicciones, compartidas por otras personas y desarrolladas por escrito en diferentes documentos, y desde su propio punto de vista y el de esos sus seguidores, De Juana estaba muriendo (aunque como parece haberse revelado no estuviese tan cerca de la muerte) por esas ideas. En consecuencia, es para él mismo y sus seguidores un martir de esas ideas, independientemente de que para usted no lo sea. Si usted persiste en negar esta evidencia, que pertenece al ámbito de la logica matemática, podemos dejar aquí la discusión porque sería un diálogo de sordos. Supongo que así será porque para usted el punto de ser o no ser mártir no está en que alguien lo considere mártir, sino en que USTED lo considere un mártir. De sus palabras parece que usted se reserve el derecho de declarar los mártires, quién tiene derecho de atenciones y quien debe morir o no. Me parece, cuando menos, pretencioso.
Mis consideraciones acerca de la justicia de la condena a De Juana se basan en un detenido estudio de los textos por los que se le condenó y de la sentencia misma. El hecho de que un tribunal haya ratificado la sentencia no quiere decir que ésta sea justa: un tribunal no es sinónimo de justicia, aunque debería serlo. Lamentablemente en este caso no lo ha sido.
Le recomiendo encarecidamente que lea la opinión que la sentencia merece por parte de los juristas, para ello le ofrezco este enlace:
http://www.lapaginadefinitiva.com/aboix/?p=34
En ella podrá leer un análisis desapasionado del caso, que es lo que el autor de ese texto y yo hemos intentado hacer siempre, y no usted. No caiga en la tentación, como conmigo, de pensar que somos simpatizantes de De Juana, le ruego que preste atención a los textos. Al jurista que cito no lo conozco y no sabría decirle, de mí sí puedo asegurarle que desprecio profundamente a De Juana, pero no más que a cualquier otro asesino por el hecho de lo sea por ideas anti-españolas. Mi actitud escribiendo sobre el caso, como la del jurista citado, es la de personas preocupadas por el funcionamiento de la Justicia en España, y yo en particular he tomado el caso como un ejemplo para proyectarme a otros temas. Le dejo también el enlace a mi artículo en el que analizo los textos de De Juana y la condena:
http://escritoscorsarios.blogspot.com/2007/02/violaciones-de-los-derechos-humanos-en_15.html
Muchas gracias por su respuesta y la posibilidad de expresarme en su foro,
Xurxo Ventos

Vicente Torres dijo...

Señor Ventos:
Particularmente, me da igual que De Juana esté en la cárcel que en la calle. Hay otros etarras sueltos. Y otras personas tan malas como ellos. Tampoco voy a discutir la condena de tres años. Lo que ocurre es que no se le debe excarcelar por el motivo por el que se le ha hecho, aunque sea legal hacerlo. Y lo de considerarlo mártir, o víctima, o como se le quiera llamar es excesivo. Supongamos que la condena de 3 años es injusta. También lo es que saliera a los 18. Él no tiene ningún derecho a protestar por una injusticia. Somos los ciudadanos quienes debemos mostrarnos disconformes con el mal uso de las leyes. Considerarlo mártir o víctima por hacer algo que hace por propia iniciativa y sin ningún fundamento moral ni legal es excesivo.

Xurxo Ventos dijo...

Señor Torres,
Celebro que haya cambiado su punto de vista en cuanto a si De Juana es o no es un mártir y en su última respuesta haya cambiado sus vehementes sentencias por simples consideraciones que, aunque no lo declara explícitamente, el lector aprecia como personales de usted. En esto ha ganado usted mucho porque con ello otorga a otras personas el derecho a pensar que sí lo sea, aún no estando usted de acuerdo, y esto es una demostración de aunténtico espíritu democrático.
Es una pena que un poco más adelante vuelva ud. a incurrir en graves desviaciones ideológicas, y permítame que vuelva a llamarle la atención hacia alguna de sus palabras: lo hago porque sé (ahora que le he leído un poco más) que es usted una persona que quisiera ser demócrata, pero que en ciertos asuntos que tocan las pasiones humanas se ve arrastrado por ellas, y es necesario que los que escribimos pongamos mucha atención en ser firmes en nuestros principios para no desvirtuar los valores que supuestamente tratamos de transmitir a los lectores. Me refiero a la frase según la cual De Juana "no tiene ningún derecho a protestar por una injusticia". Supongo que ahora en frío se da usted cuenta de lo que afirma: que hay personas que tienen derecho a protestar y otras, por sus crímenes terribles, o su falta de razón, no. Estoy seguro de que sabe usted que los sistemas democráticos garantizan el derecho de todos los ciudadanos a protestar y hacerse oir, siempre que no incurran con ello en delito (que no hagan daño a otras personas), y esto es algo que garantiza la libertad de los ciudadanos, ya que todos tienen voz para denunciar cualquier atropello que se les inflija. Si lo que usted proclama fuese cierto, entonces los detenidos en Guantánamo sin duda tampoco tienen ningún derecho a protestar por su situación. Sé que me dirá que no es el mismo caso, y tiene razón. Pero el caso es, sr. Torres, que el derecho a protestar esté garantizado, para que casos como el de Guantánamo no se den jamás.
Con esto cierro mis intervenciones sobre el tema De Juana, y gracias de nuevo por su diálogo.

Vicente Torres dijo...

Señor Ventos:
No me cabe ninguna duda de que usted comprende perfectamente que es injusto que De Juana solamente cumpla 21 años de condena, tres de ellos a causa de unos artículos que escribió. Y que la ley que ha hecho posible esto, y que no hay más remedio que cumplir, es mala. Y por ello De Juana no tiene, moralmente, derecho a protestar. Sí que lo tendría, y usted lo sabe muy bien, sí no le dieran de comer o lo trataran discriminatoriamente en la cárcel.
No trate de llevar el agua a su molino, caballero. No puedo entender ninguna aproximación a los asesinos. Tampoco deseo bajo ningún concepto que se les trate injustamente.

Xurxo Ventos dijo...

Señor Torres,
Me gusta la puntualización que hace de que De Juana "moralmente" no tiene derecho a protestar, porque implícitamente declara que lo expresado es una opinión personal, es según su moral personal. Reconoce también implícitamente el derecho "legal" del reo a protestar, y me alegro que rectifique y lo reconozca, pues es un derecho reconocido en todas las constituciones democráticas. Me hubiese gustado que en vez de usar fórmulas como "no tiene derecho", aunque puntualice que es moral, hubiese dicho usted claramente que según su opinión sus protestas no deben ser oídas o son un disparate. Pero no que niegue, ni en broma, derechos fundamentales que ha costado mucha sangre conseguir.
En ninguno de los muchos escritos que he redactado sobre este asunto me he pronunciado sobre si considero justa o no la condena de De Juana, porque mi interés era otro: llamar la atención sobre el atropello que este detenido ha sufrido siendo condenado por publicar su opinión. Si de verdad como dice no desea que se le trate injustamente, sea usted valiente y reconozca que se ha mantenido a este hombre dos años en prisión por un delito inventado. Que tal vez fuese justo que pasase más tiempo en prisión por los asesinatos, señor Torres, es algo contingente, y aquí está el quid de la cuestión: fallos en el sistema legal no deben llevar JAMÁS a un Estado a saltarse la legalidad y los derechos de los ciudadanos para ceder al clamor de la multitud, porque lo grave es que ello da justificaciones a los terroristas para sentirse mártires oprimidos, además de ser un terrible crimen y un engaño a millones de ciudadanos. Decir que De Juana ha sido condenado injustamente no es acercarse a los asesinos ni conceder nada, es ser justo y coherente.La idea del "o estás conmigo o estás contra mí" preconizada por EEUU en todo lo referente al terrorismo está haciendo mucho daño a las sociedades, señor Torres, dese cuenta de que las cosas no son tan simples como que si uno dice que De Juana es un preso de conciencia está de su lado. En tiempos tan convulsos es necesario el rigor y la valentía de ser justo hasta con los enemigos, o la violencia irá en aumento.
Y por fin, ya que me lo comenta, me pronunciaré en lo referente a la pena cumplida por De Juana.Mire, yo creo que tener a una persona recluída lejos de sus seres queridos y privada de libertad durante la mitad de su vida sólo tiene un nombre: tortura. Por muy vil asesino que sea De Juana, ningún ser humano se merece tal infierno.¿Qué hacer con él? Creo que a estas alturas, hay muy poco que se pueda hacer. Después de el daño que se le ha hecho (justa o injustamente, es igual, me refiero al daño ahora) él jamás perdonará a sus captores. Si la conciencia actual de De Juana es la que es, es evidente que algo ha fallado en el sistema penitenciario, pues se supone que en la cárcel debería habersele tratado psicológicamente para hacerle comprender la injustificación de su lucha y el terrible daño que ha causado por ella. Creo que el sistema penitenciario no funciona en absoluto en España, como en muchísimos países, y sigue entendiéndose la cárcel como un lugar de reclusión, y las penas como una venganza. Un Estado evolucionado y civilizado debería entender la cárcel como algo a medio camino entre un hospital y una escuela de valores, y sumar a los esfuerzos educativos con la "oveja descarriada" una actuación impecablemente justa en la sociedad. Está claro que De Juana y otros presos etarras jamás se arrepentirán viendo que sigue la represión al margen de la ley de su lucha, lo mismo que el terrorismo islamista jamás se detendrá ante bombardeos e invasiones. El único camino para derrrotar al terrorismo es solucionar pacífica y justamente los conflictos que lo originan y demostrar ser justos. Mientras los Estados atacados sigan respondiendo con violencia, represión e injusticia, jamás terminará el conflicto. Y aquí es donde es importante su papel, señor Torres: en escribir con los valores democráticos muy claros, y siendo valiente en denunciar las violaciones de los mismos. Me despido ya de este foro, pues me veré privado de internet por algunos meses. Disculpe la extensión, y gracias por sus respuestas.

Vicente Torres dijo...

Señor Ventos:
Yo no he rectificado nada. No entiendo cómo puede entender eso. No entro tampoco en la justicia o injusticia que pueda haber en la condena de tres años, tarea que dejo para los juristas. Deseo, no obstante, la máxima limpieza para los órganos de justicia. Y sigo opininando que un asesino recalcitrante como De Juana debe darse con un canto en los dientes si sólo está 21 años en la cárcel. Quienes debemos protestar por la injusticia de esos tres años suplementarios somos los ciudadanos, en el supuesto de que estemos convencidos de que no son justos. Yo necesitaría oír muchas opiniones de muchos juristas para llegar a esa conclusión.
Reconozco también que comparto algo de su discurso, el de usted, quizá lo fundamental.
Saludos,