Se habla de las vallas publicitarias del PSPV (mediante ese nombre y no el que sería correcto PSCV demuestra ese partido su supeditación a los intereses catalanes), por aquello de que dicen que Carmen Alborch destaca más que Joan I. Pla. Pero esto es inevitable, los pongan como los pongan, siempre resultará más llamativa la imagen de Carmen que la de su compañero de cartel y de partido. Los rostros humanos dicen más cosas que la hierba, por ejemplo. Un rostro humano nos da idea de la bondad o maldad de su dueño, de su testarudez, de su nobleza o falta de ella, etc. Puesto al lado de Carmen Alborch, Joan Ignaci Pla siempre parecerá un patán. De modo que hubiera sido peor para él que lo pusieran en primer plano y a ella en segundo.
Y este hecho lleva a la conclusión también de que algo falla en los partidos políticos cuando quienes se encaraman a lo más alto son personajes de ese calibre o inferior. Cuando en ellos, por lo general, sólo se observan ansias de poder, deseos de conservar el que se posee y al mismo tiempo de desplazar a quienes poseen más, pocas esperanzas nos quedan a los votantes, que para ellos no somos más que meros instrumentos mediante los que conseguir cuanto desean. Qué lejos estamos de disfrutar de políticos que busquen resolver problemas y anticiparse a los que puedan venir, tratando también de no crear problemas nuevos, y esto último es lo que más se estila, sin importarles el resultado de las siguientes elecciones. Quien desea servir al pueblo lo hace desde el lugar en el que éste lo sitúe, sea en el gobierno o en la oposición.
El problema es mucho más gordo por cuanto quienes pueden resolver el problema son consecuencia suya. La única opción que nos queda a los ciudadanos, para rebelarnos contra esto y tratar de cambiar las cosas es el voto en blanco. No es la primera vez que lo digo y creo que tampoco será la última.
Y este hecho lleva a la conclusión también de que algo falla en los partidos políticos cuando quienes se encaraman a lo más alto son personajes de ese calibre o inferior. Cuando en ellos, por lo general, sólo se observan ansias de poder, deseos de conservar el que se posee y al mismo tiempo de desplazar a quienes poseen más, pocas esperanzas nos quedan a los votantes, que para ellos no somos más que meros instrumentos mediante los que conseguir cuanto desean. Qué lejos estamos de disfrutar de políticos que busquen resolver problemas y anticiparse a los que puedan venir, tratando también de no crear problemas nuevos, y esto último es lo que más se estila, sin importarles el resultado de las siguientes elecciones. Quien desea servir al pueblo lo hace desde el lugar en el que éste lo sitúe, sea en el gobierno o en la oposición.
El problema es mucho más gordo por cuanto quienes pueden resolver el problema son consecuencia suya. La única opción que nos queda a los ciudadanos, para rebelarnos contra esto y tratar de cambiar las cosas es el voto en blanco. No es la primera vez que lo digo y creo que tampoco será la última.
No hay comentarios:
Publicar un comentario