que utilizo. Soy de aquellos a los que les cuesta decir que no y si quienes me lo piden son estos dos amigos ya no tengo escapatoria. Cumplida pues la misión de mostrarlo, queda explicar lo que me sugiere. Hay que hacer notar que debido a la impericia del fotógrafo, que soy yo, en la imagen no aparece la pileta o pequeño estanque que recoge el agua que sí se ve brotar a los pies del dios. En principio, el fondo de pantalla parece muy cargado de color, pero esto se compensa con el hecho de que el verde vegetal es muy agradable a la vista. Por otro lado, las frondosidades me resultan gratas. Me sugieren el surgimiento imparable e incontrolable de la vida, que se apodera del espacio y que más que molestar con ello, parecen querer acompañar y compartir. Dan idea de salud y generan optimismo. Inducen a la extraversión y a la búsqueda de la amistad. Las distintas tonalidades rompen con el aburrimiento. La estatua hace que todo el conjunto adquiera sentido cultural y civilizado. En lo alto del montículo, reyna Gabriel, primer objetivo de la cámara y que convierte el conjunto cultural el conjunto humanizado. El fondo de pantalla que tuve antes de este era una foto del Palau de la Música, con el estanque en primer plano, los chorros de agua captados en uno de sus movimientos con los que sigue el compás de la música y Gabriel en bicicleta. Tener a la vista lo que se ama ayuda en el empeño de no odiar a nadie.
1 comentario:
Un fondo de pantalla muy acogedor :)
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