lunes, 8 de octubre de 2007

Declaración de guerra


La justicia ha enviado a la cárcel a algunos etarras o pro etarras, que andaban sueltos. Los batasunos que han quedado fuera dicen que eso es una declaración de guerra y enseguida han dado motivos para que los encierren a ellos también. Matan, mutilan, secuestran, roban, amenazan, destrozan, influyen en el sentido del voto de muchos, etc. Y si los meten en la cárcel dicen que eso es una declaración de guerra. Por nuestro lado, los ciudadanos que cumplimos con las leyes estamos un poco más tranquilos con ellos en la cárcel. Ha disminuido el peligro, no del todo porque quedan bastantes terroristas por encerrar. Pero nadie nos va a resarcir del riesgo que hemos corrido mientras los detenidos estaban en la calle. Tampoco va a explicar nadie los motivos por los que no se les había encerrado en su momento. Hace unos días, el Parlamento vasco pidió perdón a las víctimas del terrorismo por el olvido de muchos años. Los etarras observarían este hecho con regocijo, porque sabrían que a continuación recibirían ellos algo más sustancioso. El Parlamento vasco no sólo olvida a las víctimas del terrorismo, sino que no se avergüenza de que los terroristas tengan tantos partidarios. No hace nada para aislarlos socialmente, más bien al contrario. Ante la noticia del encarcelamiento de los terroristas, el gobierno vasco, lejos de aplaudirla, que hubiera sido lo decente, ha protestado y ha defendido el diálogo y ha cometido la estupidez de comparar el caso vasco con el irlandés. Se ha echado de menos la reacción episcopal. Los obispos gustan a veces de intervenir en la política e incluso algunos de ellos no dudan en telefonear a sanguinarios etarras. También se fotografían con esos políticos capaces de olvidar a las víctimas, pero que siempre muestran algún tipo de comprensión con los etarras. Ha faltado que los obispos le digan a Ibarretxe que eso no está bien. Y decirlo en todos los púlpitos y en todas las hojas parroquiales.

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