sábado, 27 de octubre de 2007

Lo de Setién es maldad

Concedió una entrevista monseñor Setién a El Periódico, ayer día 26, y en ella se pone de manifiesto, como tantas otras veces, la escasa calidad moral del personaje. Dice que no sólo está al lado de las víctimas, sino también al lado de las víctimas que son de ETA. Cuando la entrevistadora, Núria Navarro, le hace notar que las víctimas de ETA eran inocentes, el obispo emérito responde que no cree que el poder represor de España con ETA y los sujetos que han motivado esa represión sean inocentes. Olvida decir el representante de la Iglesia que la Justicia persigue a quienes quebrantan la ley, tanto si pertenecen al Estado como si no, por lo que su actitud equidistante entre los asesinos y el Estado es francamente indecente e inmoral. A lo largo de toda la entrevista va buscando razones para sentirse cercano a los etarras, a los que dice que también tiene la obligación de amar. Olvida que ese amor a los etarras obliga a decirles y hasta exigirles que deben dejar inmediatamente su actividad terrorista y entregarse a la policía. Sin embargo, no los quiere tanto, y lo que hace en cierto modo es justificar la existencia de ETA al hablar de las esperanzas frustradas del pueblo vasco y de las violencias que sufre. No se priva de mentir el prelado, ya que dice que está en la misma línea que Zapatero y luego resulta que se refiere a una frase de éste. Olvida monseñor que los vascos Fernando Buesa, Miguel Ángel Blanco, Gregorio Ordóñez, Ramón Baglieto Martínez, Enrique Casas y muchos más, no sentían que el País Vasco estuviera oprimido. Por eso los mataron, sin duda. Se mete luego en política el obispo, lo cual es una intromisión, puesto que no es su labor, y pide el diálogo con ETA, la legalización de ANV y el referendo.
La Iglesia ha suspendido a divinis o ha excomulgado a sacerdotes por mantener actitudes que en el pasado fueron consideradas correctas por esa misma Iglesia, o que lo pueden ser en el futuro. En el libro El Poder y la Gloria, de David Yallop, se afirma que las relaciones homosexuales están a la orden del día en el Vaticano, por lo que es posible que algún día tenga que replantearse su postura acerca de esta cuestión. Sin embargo, lo de Setién era maldad en cualquier tiempo pasado y lo será en el futuro.

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