En “Hasta aquí llegó la riada”, de Francisco Pérez Puche, en la edición de 1997, que fue la primera, figuran las entrevistas con tres personalidades valencianas del momento. En la nueva edición, han incluido algunas otras, que permanecían inéditas y que por falta de espacio no se publicaron anteriormente. Los entrevistados son Tomás Trénor Azcárraga, Martín Domínguez Barberá y Joaquín Maldonado Almenar. El primero era el alcalde de Valencia cuando ocurrió la riada y a la vista de la desgana con que en Madrid se trataba el asunto de la reconstrucción de Valencia, tuvo que armarse de valor para exigir lo que era justo para Valencia y consiguió mucho. Lo hizo por propio impulso, para cumplir con su deber y con la palabra que había dado a las empresas que habían comenzado ya la reconstrucción, y en solitario. Fue destituido fulminantemente, de un día para otro y ni siquiera le llamó el ministro. Ordenó la tarea a un personaje muy secundario. Actuó solo y tras la destitución se quedó más solo aún. Martín Domínguez era el director del diario Las Provincias en ese tiempo y la vista de la situación tampoco quiso callar y escribió un artículo muy entrado en razón, que motivó la cólera del gobierno, motivo por el cual el periódico sufrió tan grandes presiones que finalmente el director tuvo que dimitir. Joaquín Maldonado era el presidente del Ateneo Mercantil, que por entonces tenía 8000 socios, y también arriesgó apoyando a los dos primeros, aunque finalmente no tuvo que sufrir ninguna represalia. Las entrevistas revisten gran interés, puesto que permiten acercarse a personas que poseían un marcado sentido del deber y al mismo tiempo una gran elegancia moral, junto con un inusitado y poco frecuente conocimiento del espíritu valenciano. A su alrededor pululaban un casi infinito número de personajes, más preocupados por conservar sus cargos que por cualquier otra cosa. Igualito que los políticos de hoy, que consienten que la fenicia AVL asista a la Feria de Fránkfort, sin que ninguno haya puesto el grito en el cielo, ni en ninguna otra parte, sino que además se permiten presumir de que defienden al idioma valenciano ¡Que se lo pregunten a la valenciana RACV!
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