Ahora ya ha quedado claro que Rodrigo Rato no regresó a España para dedicarse a la política. No, puesto que Aznar sigue mandando en el PP. También se ha demostrado que Rajoy no merece ningún crédito. Durante toda la legislatura Zaplana y Camps han mantenido un duelo nada edificante. Y ni el partido ni Rajoy han sabido darle fin. Rajoy ha respaldado a Camps en Valencia y a Zaplana en Madrid. Como suele ocurrir, el debate entre ellos tampoco ha sido ideológico, sino de poder. En lo ideológico a lo mejor no están tan alejados. En Madrid ha habido una pugna similar entre Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre y en este caso no ha podido contentar a los dos y ha vencido la segunda. Rajoy ni ha sabido poner orden y eso se hubiera conseguido obrando con justicia, o intentándolo, y explicándoles a los contendientes qué es lo que los ciudadanos esperan de ellos.
También se entiende que Ruiz-Gallardón montara tanto ruido, porque sabía que ésa era su única posibilidad de estar en las listas, cosa que al final no ha conseguido. Esperanza Aguirre venía diciendo que debe utilizar los cauces establecidos, pero callaba que esos cauces su rival los tiene cerrados. Al final es una persona la que decide y lo hace sin tener en cuenta los intereses de los ciudadanos. Es paradójico que le pidan a la alcaldesa de Valencia, que no quiere, que vaya en las listas y que al alcalde de Madrid, que sí quiere, le cierren las puertas. Y que alguien, como Pizarro, que acaba de aterrizar en el partido vaya de número dos.
Al final, se han entendido los motivos por los que Aznar prefirió a Rajoy y no a Rato. Rajoy siempre se ha sentido más en deuda con Aznar que con los ciudadanos. Fraga, al que no pueden hacer callar, ha dicho que la decisión de no incluir a Ruiz-Gallardón les quitará votos. No sé si será así, pero sí que ha servido para demostrar que no se puede confiar en Rajoy.
Si en el PP queda vergüenza, quienes la tengan deberían obligar a Rajoy a dimitir. Como solución tienen a mano a Rodrigo Rato, que éste no se iba a sentir deudor de Aznar. Por otro lado, ante la crisis económica, Rodrigo Rato inspira bastante más confianza que los Costa, Pizarro, etc.
También se entiende que Ruiz-Gallardón montara tanto ruido, porque sabía que ésa era su única posibilidad de estar en las listas, cosa que al final no ha conseguido. Esperanza Aguirre venía diciendo que debe utilizar los cauces establecidos, pero callaba que esos cauces su rival los tiene cerrados. Al final es una persona la que decide y lo hace sin tener en cuenta los intereses de los ciudadanos. Es paradójico que le pidan a la alcaldesa de Valencia, que no quiere, que vaya en las listas y que al alcalde de Madrid, que sí quiere, le cierren las puertas. Y que alguien, como Pizarro, que acaba de aterrizar en el partido vaya de número dos.
Al final, se han entendido los motivos por los que Aznar prefirió a Rajoy y no a Rato. Rajoy siempre se ha sentido más en deuda con Aznar que con los ciudadanos. Fraga, al que no pueden hacer callar, ha dicho que la decisión de no incluir a Ruiz-Gallardón les quitará votos. No sé si será así, pero sí que ha servido para demostrar que no se puede confiar en Rajoy.
Si en el PP queda vergüenza, quienes la tengan deberían obligar a Rajoy a dimitir. Como solución tienen a mano a Rodrigo Rato, que éste no se iba a sentir deudor de Aznar. Por otro lado, ante la crisis económica, Rodrigo Rato inspira bastante más confianza que los Costa, Pizarro, etc.
1 comentario:
Amén
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