martes, 3 de febrero de 2009

La crisis y la obligación de los bancos

Zapatero, con su habitual tendencia a desviar las culpas hacia otros, ha pedido a los bancos que arrimen el hombro. Sebastián, ese ministro que saltó a la fama en su faceta de chivato, ha ido más lejos y ha dicho que el gobierno se está cansando de los bancos. La culpa de la crisis, según la pareja de marras, no la tienen ellos, no; la tienen Bush y los bancos.
Los bancos, como todas las empresas, tratan de ganar todo el dinero que pueden. Está por ver que pudiendo ganar dos céntimos se conformen con uno. Es el gobierno el que pone las reglas por las que se rige el negocio bancario. Y es el gobierno el obligado a vigilar esas normas. De modo que si los bancos son los culpables de la crisis es porque las normas no son buenas o porque no se han cumplido. Al final, el responsable es el gobierno del que forman parte Zapatero y Sebastián.
Si los bancos no prestan es porque temen no recuperar lo prestado. Vivimos tiempos de desconfianza total, nadie puede vaticinar cuando va a parar esta hecatombe y cada uno procura estar entre los que resistan en pie. Los bancos ganaron mucho dinero el año pasado, y es de suponer que fue con la bendición del gobierno, pero eso no significa que en el futuro vaya a ser igual. De hecho, los bancos también temen que la crisis se los lleve por delante.
Sería bueno entonces que la clase política arrimara el hombro. Es decir, que no sólo dejaran de derrochar, sino que suprimieran todos los gastos superfluos. ¿No está harto Sebastián de los derroches de Carod o Touriño? ¿Ha calculado Sebastián cuánto podría ahorrar la política española?
La clase política española podría arrimar el hombro, para ayudar a salir de la crisis, dejando de lado sus peleas infantiles y haciendo un gran pacto de Estado. Si el Estado comenzara a ahorrar de verdad, es probable que se restableciera aunque fuera mínimamente la confianza. Predicar con el ejemplo se llama la figura.

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