Parafraseando al clásico, se puede decir que si Francisco Camps tiene amigos a los que quiere un huevo, hay valencianos que no tienen ni huevo para comer. La vida es así de desigual. Si sale esto a relucir es porque Camps ha publicado un artículo en todos los medios, en el que se refiere, con optimismo, al futuro de los valencianos.
Es posible, e incluso probable, que él pueda encarar el futuro con optimismo, pero ¿y los demás? ¿Cuál es la situación de los ciudadanos dependientes, pongamos por caso? La deuda de la Comunidad Valenciana desorbitada, y la han de pagar los ciudadanos, claro. Para los menos pudientes, esa deuda es como una losa atada con una cuerda al cuello. Buen futuro les espera entonces.
Dos cajas valencianas han dejado de serlo y no por coyunturas del negocio, sino por imperativo del Banco de España. El Banco de Valencia también puede dejar de ser valenciano a medio plazo. La prensa valenciana está en trance de desaparecer, entre otras cosas, porque en lugar de estar al servicio de sus lectores lo está al de quienes la financian de un modo o de otro.
La Comunidad Valenciana está muy endeudada, pero entierra grandes cantidades de dinero en la Academia Valenciana de la Lengua. La misma función la podría hacer gratis el Instituto de Estudios Catalanes, de donde resulta que la hipocresía de Camps nos cuesta cara. Terra Mítica es otra de las aventuras ruinosas a las que se nos ha abocado su gobierno, como también en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en donde a pesar de que no hay dinero se siguen haciendo edificaciones nuevas. Siempre son los más desfavorecidos los sacrificados. Los más poderosos, los que tienen posibilidades de disfrutar todas esas fastuosidades los que pueden mirar el futuro con optimismo. Se refiere Camps a los estudiantes y a la formación de calidad y resulta que en el curso anterior se les intentó dar la Educación para la Ciudadanía en inglés y se les pretendió imponer el chino, y para este curso se ha despedido a una gran cantidad de profesores. Arreglados estamos con el futuro que nos espera.
'Hablar sin palabras'
'Los tiburones han muerto'
'El Cid contado a los niños'
'Ninfas'
'El día del juicio'
'El Palestino'
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