miércoles, 13 de octubre de 2010

Mineros, psicólogos y parados

Con ese mismo título, El Periódico ha publicado una carta de Esteve Dellonder Camps, en la que, no sin razón, dice que al igual que las familias de los mineros chilenos atrapados dispondrán de psicólogos que tendrán la misión de advertirles de los cambios que se han operado en sus personalidades a causa de la situación padecida.
Como se puede suponer, esto le parece muy bien al autor de la carta, pero le sirve de pretexto para exponer que también les vendría bien a los parados los psicólogos explicaran a sus familias las repercusiones que tiene el hecho de perder el empleo. Dice Esteve Dellonder Camps que tiene 54 años, con lo cual, fácilmente, se pueden deducir muchas cosas.
Un trabajador podía ser consciente de que su empresa se dirigía al abismo, por lo que era necesario que cambiase el rumbo, pero aparte de ser consciente poco, o nada, más podía hacer. Llegada la crisis, que las empresas afectadas debieron prever y protegerse en lo posible, quienes pagan no son los empresarios imprudentes, sino los trabajadores indefensos, y quizá los elegidos para el despido son precisamente quienes lo vieron venir. O algunos de ellos.
La cuestión es que los trabajadores españoles, que no son considerados más que como material desechable, y como viveros de votos en época electoral, son quienes han de pagar todo, con sus impuestos, o con la pérdida de sus puestos de trabajo, con las rebaja de sus sueldos y finalmente con la reducción de derechos. Sus vidas familiares también pueden resentirse, como apunta el autor de la carta.
Mientras los políticos, que son muy previsores para lo suyo y francamente despreocupados con lo ajeno, hablan del futuro en plan triunfalista, la realidad es la que se presenta en el escrito. No exagero cuando digo que los políticos son previsores para lo suyo; es público y notorio que han sabido arreglarse su porvenir y al mismo arruinar, con su insensatez, el de muchos ciudadanos. No hay más que ver la deuda de todas las administraciones públicas.

'Fábulas contadas a los niños'
'Espejismos'
'Hablar sin palabras'
'Los tiburones han muerto'
'El Cid contado a los niños'
'Ninfas'
'El día del juicio'
'El Palestino'

1 comentario:

Helio dijo...

Solamente puntualizar que no toda la culpa ha sido de los empresarios, esta crisis tan grave en el mundo de la construcción a producido una cadena de quiebras de otras empresas dependientes, como fabricas de muebles, materiales de construcción y maquinaria, que funcionaban a la perfección, pero no han podido subsistir.
Estando de acuerdo que el verdadero perdedor es el trabajador
que, en muchos casos con sueldos mileuristas, vivían humildemente, pasando en poco tiempo a la indigencia mas absoluta.
Saludos, he repetido el comentario a ver si sale.