lunes, 4 de agosto de 2014

Sortu advierte al Estado

Ignoro si quienes desde instancias no nacionalistas lucharon para que Sortu, Bildu y demás fueran legalizados, si quienes consintieron, con su pasividad, que fueran legalizados, si quienes sentenciaron su legalidad, si quienes se alegraron de que fueran legalizados, estarán satisfechos.
Lo ideal sería que sintieran vergüenza, pero no puedo asegurar que sea el caso.
De lo que Sortu advierte al Estado que cierta agresión lo hace más fuerte y resulta que la agresión es una sentencia judicial. Y entonces uno se pregunta que cómo es posible que una parte de la Administración, como lo es un partido político declarado legal y que, por tanto, recibe subvenciones del Estado, pueda comportarse de esa manera tan descarnadamente salvaje.
Vivimos en un mundo que pretende ser civilizado y eso supone que haya reglas, normas, leyes, que han de ser cumplidas escrupulosamente.
Por eso resulta tan admirable Covite, que es una asociación que no recibe subvenciones, y que lo que reclama es precisamente que se cumpla la ley. Y entonces tenemos a una asociación ejemplar que exige lo que debería exigir todo ciudadano y que esta tarea la lleva a cabo con sus propios medios, y hay formaciones políticas que reciben subvenciones del Estado que atacan al Estado y no pasa nada. Rajoy mira al tendido, Sánchez no termina de aclararse, quizá resulte ser más insustancial que Zapatero.
No se debería consentir que se llame presos políticos a despiadados asesinos, y que además se exija que vuelvan a casa. Esto es añadir dolor a las víctimas, a las que el Estado está obligado a proteger y amparar.
Puestas así las cosas, Rajoy debería convocar a los partidos leales a la Constitución, que son los únicos a los que cabe catalogar como democráticos, para buscar entre todos el modo de ilegalizar a los enemigos de la democracia, a los que no respetan las leyes.

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