martes, 23 de septiembre de 2014

Cercan a Cercas

El asunto catalán puede ser cansino, puesto que nos enfrentamos a grandes retos, como es la supervivencia del Estado del Bienestar, amenazado a causa la globalización.
La Unión Europea tendría posibilidades de contener las apetencias de las multinacionales y grandes bancos, con lo cual se podría mantener durante algún tiempo más el citado Estado del Bienestar, mientras se trabaja por la solución definitiva.
El interés general consiste, pues, en consolidar la Unión Europea, pero los nacionalistas sólo ven el interés particular, y de conseguir lo que se proponen saldrían perjudicados la mayoría de ellos.
Javier Cercas es un escritor que trata de hacerse perdonar por la izquierda el hecho de que sus padres fueran de derechas. Aparte de esta memez trata de ser ecuánime y razonable, y este empeño hay que reconocérselo. Si ve con mejores ojos a Felipe González que a Adolfo Suárez es porque sus gafas son así.
Pero en Cataluña sólo se tolera el editorial conjunto. Cualquier disidencia es castigada severamente. Según José Antonio Zarzalejos, Javier Cercas escribió este irreprochable texto:Se puede ser demócrata y estar a favor de la independencia, pero no se puede ser demócrata y estar a favor del derecho a decidir, porque el derecho a decidir no es más que una argucia conceptual, un engaño urdido por una minoría para imponer su voluntad a una mayoría”. Pero estas cosas no gustan a los nacionalistas. ¿Cuando se ha visto que los nacionalistas sean demócratas? Sin embargo, fueron los socialietas, esos a los que tanto admira Cercas los que se empeñaron en considerar demócratas a los socialistas y darles ventajas en la Constitución. Ahí estaba Roca Junyent para aceptar a regñadientes lo que se le daba, mientras se aguantaba la risa. Ahora escribe unos artículos muy inferiores en calidad a los de Javier Cercas, pero mientras éste es perseguido y vituperado él es aplaudido.

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