domingo, 14 de septiembre de 2014

Oriol Junqueras habla de saltar

El golferas citado ha dicho concretamente que “ha llegado la hora de que nos saltemos la legalidad española”. No caerá esa breva.
Debería comenzar por devolver los sueldos que viene percibiendo del Estado, y su partido debería restituir las subvenciones que recibe, fundamentalmente por morder la mano que le da de comer. Porque la legalidad española o es muy peculiar o los encargados de defenderla están aquejados de una laxitud total.
La legalidad de España permite que los enemigos de España acampen en su seno y gocen de todas las comodidades y ventajas que se puedan imaginar. De hecho, el partido de este y otros golferas acogió en su día a militantes de Terra Lliure, y otro antiguo dirigente suyo, que en un alarde de sarcasmo y cara dura se fotografió con una corona de espinas sobre su cabeza, visitó en coche oficial a unos etarras.
De modo que no cabe esperar nada bueno de estos tipos y el hecho de que obtengan tantos votos cabe achacarlo a cierta tendencia autodestructiva que anida a veces en colectivos humanos. En donde este partido logre gobernar, las ocsas, en la mayor parte de los casos, irán peor que antes. El regalo que esconden sus promesas es la ruina.
La legalidad española a la que se refiere Oriol Junqueras es la Constitución, que fue aprobada mayoritariamente por los catalanes. De modo que nos obliga a todos, puesto que los ciudadanos estuvieron de acuerdo con ella. Las personas de bien respetan los compromisos contraídos, así que este (mal) ciudadano está dando a conocer su condición. Quienes le votan que no se llamen a engaño luego si los traiciona. Quienes le votan que busquen la vergüenza por algún lado, a ver si la pueden encontrar.
Que la patria catalana se tenga que construir a base de tergiversaciones, inventos, rapiñas, mentiras y traciones es significativo.

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