miércoles, 17 de septiembre de 2014

Lo siento mucho, soy catalán y tengo prohibidas las consultas

Circula un chiste por Cataluña que demuestra la simpleza de los catalanistas, puesto que lo dan por bueno y lo difunden. El chiste dice así:
«-Buenos días, le llamamos para una consulta telefónica de nuestros teléfonos móviles.
-Lo siento mucho, soy catalán y tengo prohibidas las consultas».
Hay que ser tonto para reírse con eso. Y además de la mentira sobre la que se hace la pretendida gracia, hay otra falsedad: no todos los catalanes son nacionalistas; y los que son nacionalistas y de izquierdas tienen que decantarse por una cosa u otra.
Estos catalanistas, además, se creen buenas personas, porque a lo mejor están en contra de los toros (pero comen carne de vaca o de ternera, o langosta), porque ayudan a cruzar la calle a una viejecita (que no tenía ninguna intención de hacerlo), o por causas similares, y les parece natural, y por eso no lo incluyen en su examen de conciencia, el odio que sienten hacia el resto de españoles, y tienen por correctas sus caprichosas y egoístas demandas.
Pero es que además, José Bono, en un artículo publicado hoy en El País, cuenta que en una cena en la Embajada de Portugal, Maragall les contó a él y a Ibarra lo del famoso 3%. O sea, que el PSOE lo sabe desde hace años y viene callando. El PP también lo sabe y todavía no hay ningún Pujol en la cárcel y es posible que no vaya nunca ninguno. Y, lógicamente, en Cataluña todo el mundo sabía lo del 3%.
O sea que es una corrupción dineraria aceptada por todos, sobre la cual se está construyendo el delirio catalanista. Tampoco extraña que los catalanistas se traguen todas las bolas que les meten con respecto a la historia de Cataluña y la patraña esa de que la lengua les fue impuesta por la fuerza.
Tienen muchas cosas sobre las que hacer chistes graciosos y no esa tan ridícula.

No hay comentarios: