lunes, 1 de septiembre de 2014

Junqueras, un catalán ilógico

Oriol Junqueras es de izquierdas y nacionalista, y según Félix Ovejero, y otros muchos entre los que me incluyo, ser de izquierdas es incompatible con ser nacionalista.
Ocurren dos cosas. La primera es que Oriol Junqueras no lee a Félix Ovejero. Si lo leyera habría tenido que reconsiderar por completo todos sus planteamientos. O sea, que divulgando una doctrina que ignora que no es buena. Lo segundo es que no es la única persona de izquierdas que además es nacionalista. Pero esto lo ha explicado el propio Ovejero: El hecho de que dos tesis sean incompatibles no significa que no haya personas que sostengan las dos.
La realidad lo demuestra. Abundan las personas que son capaces de sostener una cosa y su contraria.
Junqueras dice que el Tribunal Constitucional carece de legitimidad para prohibir la democracia. Y como argumento expone que es un tribunal político nombrado por unos partidos que están en contra.
Hay varias burradas en su aserto. En primer lugar, la democracia no es lo que él diga. Democracia es, ante todo, el imperio de la ley, y lo que hace él, continuamente, es desafiar a la ley. Por tanto, Junqueras es nacionalista y de izquierdas al mismo tiempo, o sea ilógico, y también antidemocrático.
Por otro lado, el Tribunal Constitucional, que será mejor o peor, forma parte del entramado institucional al que también pertenece Oriol Junqueras, motivo por el cual debería respetarlo, si supiera lo que es el respeto.
El Tribunal Constitucional puede y, quizá, debe mejorarse, e incluso es posible que pudiera suprimirse, pero para conseguir esto hay que valerse de los cauces que proporciona el sistema, en el cual, dicho sea de paso, consigue medrar Oriol Junqueras, pero no constan iniciativas suyas en este aspecto en los lugares apropiados para hacerlas.
Vivimos una época en la que los líderes que surgen, Pujol, Mas, Junqueras, no tienen fundamento.

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