lunes, 22 de septiembre de 2014

Hawking y la colonización de otros planetas

Sugiere el gran científico Stephen Hawking que la exploración espacial debe continuar y yo estoy de acuerdo con él, porque no hacerlo supondría frustrar la natural curiosidad humana por conocer lo que nos rodea.
No ya por buscar a Dios, búsqueda que en todo caso debería llevarse a cabo en el interior de cada uno, sino por puro instinto de supervivencia, por conocer los potenciales riesgos a los que podemos estar expuestos.
En lo que no estoy de acuerdo con Hawking es en que la colonización de otros planetas puede ser un seguro de vida para la supervivencia de nuestra especie. Si la Humanidad fuera portadora de un gen suicida al emigrar a otros planetas se lo llevaría con ella, de modo que para lograr sobrevivir debería desprenderse de él.
Quizá la clave esté en el instinto de supervivencia, que es mucho más fuerte cuando se trata de la de la especie que en los casos individuales, en los que a menudo se muestra débil. Las variables que se tienen en cuenta a la hora de elegir pareja podrían ir cambiando paulatinamente a medida que el riesgo de desaparición aumente, por el crecimiento del potencial autodestructivo.
Cabe la posibilidad de que en el futuro la que esté en trance de desaparición no sea la Humanidad, sino esa parte de ella compuesta por individuos muy egoístas, agresivos y manipuladores. Es decir, esos que en la actualidad son aclamados, votados y elegidos como líderes no es que ya no tendrían ninguna posibilidad en este aspecto, sino que tampoco se les querría para procrear.
La especie humana, por pura profilaxis, trataría de multiplicar el número de tipos capaces de trabajar por la continuidad en el mundo de los vivos, desechando a los demás. Y entonces sí que podría colonizar otros mundos con total tranquilidad y con el empeño de no dejarlo peor que estaba.

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