lunes, 29 de diciembre de 2014

El mosquito asesino

Decía Cervantes que es más lo que un mosquito puede molestar que lo que un águila puede favorecer, en una de sus acertadas metáforas.
Hay personas insignificantes a las que se puede situar en la segunda parte de otra frase, esta de Goethe, en la que dice: el que no sabe llevar su contabilidad por espacio de tres mil años se queda como un ignorante en la oscuridad y sólo vive al día. Pues entre esos ignorantes en la oscuridad están esos mosquitos tan molestos que, ciegos de envidia, incordian, incordian y vuelven a incordiar, da igual que estemos en tiempo navideño.
Pero ahora llega Bill Gates, que posee unos recursos técnicos muy superiores a los que pudo tener Cervantes, y nos informa de que el mosquito es el animal que más muertes causa.
Cuando tuve una yorkshire, pequeñita, de apenas dos kilos y medio, podía ver como ella salía en estampida a esconderse debajo de la cama en cuanto oía volar un mosquito. No necesitaba que Bill Gates se lo explicara para saber que los mosquitos son peligrosos. Yo también huyo de los mosquitos, o trato de evitarlos. En mi caso de los que señalaba Cervantes. Los que daban miedo a mi perra me pican. Aprovechan que duermo para eso. Lo sé por las marcas que me dejan.
Los mosquitos matan a mucha gente en el mundo y el Estado Islámico también. Yo diría que no se tiene muy en cuenta a unos ni a otros, quizá porque en España la gente o bien está aplaudiendo a los de Podemos, que esa es otra, o bien está criticando a los Estados Unidos, a los que se culpa de todos los males, y esa también es otra. Cuando Podemos nos arruine a todos la culpa también la tendrá Estados Unidos, como en Venezuela.
El caso es que hay problemas gordos y la gente sigue teniendo fe en la magia.

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