Ibarretxe ha dicho que lo que la sociedad vasca quiere oír de ETA es que “la violencia se ha acabado para siempre”. ¿Y quién se lo iba a creer si lo dijera ETA? Y dice también que “Batasuna no asume sus responsabilidades”. ¿Cuáles son? En el País Vasco francés, la policía ha desactivado dos artefactos explosivos. Por favor, sed buenos chicos, les dice Ibarretxe a los etarras. Pero ellos se preparaban para matar a Fernando Savater y Maite Pagaza. Los que crispan son los del Foro Ermua. ¿Sólo le han dado una patada en los huevos? La gente que vive en el País Vasco va sabiendo lo que le conviene. Allí nadie puede ver a María San Gil, por ejemplo. La gente, de todas partes, sabe encontrar excusas para adecuar su pensamiento a lo que le conviene sin sentirse mal por ello. Se buscan tres o cuatro cosas de María San Gil que no gusten y ya está. O de Nicolás Redondo, o de Rosa Díez. Odón Elorza, en cambio, “es de los nuestros”, saben darse cuenta. O Totorica, que aunque rime con cobardita, o quizá por eso, es apreciado porque sabe cantarle las cuarenta al Foro Ermua. ¿Con qué derecho utilizan ésos el nombre del pueblo? Y si la orquesta de Bilbao tocara el himno de España, también le pedirían que dejara de llamarse así, siguiendo su lógica. En ese País Vasco, el cristalero pudo decir que a él, en el pueblo, lo querían más que a Pilar Elías. Este detalle es bastante significativo. No me consta que Ibarretxe mostrara su vergüenza por ello ni que desautorizara al etarra. Esta anécdota, a la que hay que sumar la vergonzosa actuación del ayuntamiento de Ermua, que tampoco conviene tomar como hechos aislados, vienen poner de relieve el estado de opinión que permite que el PNV venga ganando las elecciones ininterrumpidamente y que se sustituya a Rosa Díez y Nicolás Redondo por Patxi López. Quizá no sea tan ingenuo Ibarretxe.
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