Acostumbra El País a juzgar sin piedad al PP, o a sus componentes, cada vez que se le presenta la ocasión propicia. Suele este diario hacer referencia a los grandes principios o a la ética democrática. Me parece muy bien la crítica puesto que sin la prensa no podría haber democracia. Tampoco me parece mal que critique más a un partido que a otro o a otros, puesto que tiene sus preferencias, no ocultas, y por tanto no engaña a nadie en este sentido. Aceptada la referencia a los principios éticos y no sólo eso sino, además, aplaudida y comprendida también su querencia política, cabe referirse a la cantidad y calidad de la información que da. En este punto, uno busca información sobre el hotel de lujo Abama, y en concreto sobre el carril de aceleración que necesitó hacer y no encuentra ninguna referencia en El País. Reconozco que quizá se deba a mi impericia, pero ocurre que no me ha costado nada hallarla en El Confidencial. ¿Cómo puede ser que este digital tan prestigioso se refiera a una flagrante ilegalidad y ello no motive a El País, paladín de la justicia y la verdad, a investigar y dedicar a este asunto uno de sus editoriales? Puede ser que El Confidencial esté equivocado, en cuyo caso estaría motivado un editorial aclarador. Pero si no está equivocado, la cuestión pasa de castaño oscuro, porque el digital atribuye la propiedad del hotel a Polanco. ¿Critica a los demás y calla lo suyo? He aquí como El País está dejando en ridículo a quienes, con sus comentarios a los editoriales, dan idea de que más que lectores cualificados y ávidos de información veraz y de calidad, son devotos dispuestos a tragarse todo lo que se les eche, con tal de que se lo eche El País. No debería ser necesario que yo aclarara que no me refiero a todos sus lectores sino sólo a quienes en sus comentarios se declaran devotos fieles.
1 comentario:
Gafas de sol, quizas pronto las tendre que usar. Para que no me encandile la luz artificial.
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