Con el título Flujos inversos, el diario El País publicó ayer una carta de Lorena Quiñones en la que ésta muestra su satisfacción por haber aceptado una beca para trabajar en una multinacional española en Buenos Aires y explica los motivos que le hacen agradable la estancia en esa hermosa ciudad, entre los que destaca lo barata que resulta la vida allí. Con su sueldo puede permitirse una serie de lujos que le resultarían imposibles en España. Y añade que se encuentra con otros universitarios alemanes, estadounidenses, ingleses, etc., que también tomaron la misma decisión que ella y piensan quedarse a vivir allí. Añade otras cuestiones que hacen que Buenos Aires resulte tan atractivo, como la amabilidad de sus gentes, el asado y el mate. A mí me parece estupendo que haya tantas razones para ir a Buenos Aires y ojalá se hiciera tan importante ese flujo hacia allí que ayudara a Argentina a salir de la situación en que se encuentra y volviera a ser lo que fue. Puedo añadir por mi parte que también sé de algún jubilado español que decidió irse a vivir a Argentina y con la pensión que le llega de España puede vivir muy bien. Argentina es un país con una cultura media bastante importante, lo sé porque trato con muchos argentinos por Internet, con uno de los cuales al menos, Francisco Javier Guardiola Guevara, supongo que tendré que encontrarme alguna vez. Y ya que hablo de éste, puedo añadir que no sólo es apetecible la capital de Argentina, sino también Mendoza, Córdoba y otros muchos lugares. Y tampoco circunscribiría el posible destino a Argentina. En Lima está la que dicen que es la mejor cocina del mundo y la explicación consiste en que es tierra de virreyes. Es una ciudad más cara que Buenos Aires, pero es muy bella, tiene unas playas hermosas y, como ya he dicho, sólo por gozar de su aroma culinario ya merece la pena elegirla como destino. Mario Vargas Llosa dice que Perú ejerce una atracción muy poderosa sobre quienes lo visitan.
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