sábado, 9 de mayo de 2009

Acierta Rosa Díez

El sistema político español hace agua por todos los lados. No sirve para resolver los problemas planteados, e incluso se muestra muy eficaz para magnificarlos. Tal como están las cosas cabe esperar que llegue agosto, que es cuando se van casi todos los políticos de vacaciones, para ver si con ello mejora algo la situación.
Y hace agua porque en un principio se planteó mal y se resolvió peor. Y alguna culpa tiene Felipe González en ello, pues su influencia fue mucha. La Constitución es ambigua en muchos puntos, lo cual podría ser una ventaja si hubiera una separación efectiva de poderes. Pero no, ya se encargaron los partidos de quedarse todo el poder para sí. De modo que el Tribunal Constitucional ha pasado a ser inoperante. Acierta Rosa Díez cuando pide su
dimisión. Ya era hora de que alguien dijera basta. Sin darnos cuenta, y por aquello de creernos liberales, nos vamos dejando comer el terreno, hasta que llegue el día en que no nos quede nada.
Rosa Díez no tiene complejos, los etarras le dicen de todo, pero ella sabe que lo que no se puede consentir es que se burlen las leyes, porque si transigimos con esto ya no queda nada en pie. La Constitución puede ser ambigua, pero algunas cosas son claras y evidentes y si se hace una interpretación retorcida, para que concuerde con los intereses del momento, para eso más vale que no tengamos Tribunal Constitucional. Que Zapatero haga directamente lo que quiera y en paz.
Desde que tuvo que enfrentarse al caso Rumasa, el crédito del Tribunal Constitucional ha ido decreciendo. Tras deshacer el empate con su voto de calidad, Manuel García Pelayo dimitió de su cargo de Presidente y regresó a Venezuela. El poder de los partidos políticos en España es inmenso y parece que nada escapa a su control.

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