Se refiere el ex presidente, en un artículo publicado en El País, a los desafíos que tenemos planteados hoy en día y dice: “Pero seguimos insistiendo en nuestras peleas en escenarios locales nacionales, ni siquiera europeos”. Olvida que él es uno de los más importantes artífices del sistema político español, que da el poder a los partidos. Y que ese sistema lleva inevitablemente a nuestra realidad actual.
Es patente que buena parte de los pobladores de este rincón del mundo rinde culto al poder de tal manera que, si no fuera tan habitual, cabría calificar como enfermizo. Al reservar todo el poder a los partidos, lo lógico era esperar que maniobraran como lo han venido haciendo para ir acaparando más y más poder, hasta convertir nuestra democracia en una dictadura de los partidos. De aquellos polvos vienen estos lodos, y ahora hay que reconocer que a nuestros partidos no les interesa Europa, sino asegurar y acrecentar su poder. Felipe González querrá hacernos creer que él no tiene ninguna culpa, pero eso hay que entenderlo en el sentido de que es un irresponsable.
También, el ex presidente, dice esto otro: “La convicción dominante durante años de que el mercado se autorregulaba a través de su ‘mano invisible’ apartó a la política de su función reguladora como un estorbo para el crecimiento”. Es cierto que algunos opinaban que una mano invisible regulaba el mercado, pero no todos. Pero eso de que apartó a la política de su función reguladora es un intento suyo de proteger al gobierno de Zapatero. Los políticos dejaron de ejercer esa función, al igual que fomentaron la construcción por algún motivo que aún no han confesado. Fue una casualidad que la crisis estallara en Estados Unidos antes que la de la construcción en España. Y Felipe González tampoco puede pasar por alto este dato.
Es patente que buena parte de los pobladores de este rincón del mundo rinde culto al poder de tal manera que, si no fuera tan habitual, cabría calificar como enfermizo. Al reservar todo el poder a los partidos, lo lógico era esperar que maniobraran como lo han venido haciendo para ir acaparando más y más poder, hasta convertir nuestra democracia en una dictadura de los partidos. De aquellos polvos vienen estos lodos, y ahora hay que reconocer que a nuestros partidos no les interesa Europa, sino asegurar y acrecentar su poder. Felipe González querrá hacernos creer que él no tiene ninguna culpa, pero eso hay que entenderlo en el sentido de que es un irresponsable.
También, el ex presidente, dice esto otro: “La convicción dominante durante años de que el mercado se autorregulaba a través de su ‘mano invisible’ apartó a la política de su función reguladora como un estorbo para el crecimiento”. Es cierto que algunos opinaban que una mano invisible regulaba el mercado, pero no todos. Pero eso de que apartó a la política de su función reguladora es un intento suyo de proteger al gobierno de Zapatero. Los políticos dejaron de ejercer esa función, al igual que fomentaron la construcción por algún motivo que aún no han confesado. Fue una casualidad que la crisis estallara en Estados Unidos antes que la de la construcción en España. Y Felipe González tampoco puede pasar por alto este dato.
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