domingo, 24 de mayo de 2009

El Tribunal Constitucional, remirado

Acaso por temor al fallo que pudiese emitir posteriormente el Tribunal de Estraburgo, el Tribunal Constitucional decidió estimar el recurso de II-SP, con lo que tipos como Otegi ya han sacado pecho. No hace falta esforzarse mucho para imaginar la alegría de otros como Arzallus, Anasagasti, e incluso Carod Rovira. Con esta decisión, el Tribunal Constitución ha perdido un poco más de prestigio en España.
Por primera vez, los españoles tenemos la sensación de que el fin de ETA está próximo y que de una vez por todas podremos vivir sin la lacra terrorista. Por fin, salvo los nacionalistas recalcitrantes, todo el mundo está de acuerdo en que no se debe negociar con los criminales y que tampoco se debe permitir que participen en el juego democrático que pretenden destruir violentamente.
Y cuando estamos a punto de cegarles todos los caminos, para que el crimen desaparezca, surgen quienes se la cogen con papel de fumar, como si lo que estuviera en juego no fueran vidas humanas. Incluso ha habido quien ha dicho que debemos a ETA el asesinato de Carrero Blanco, como si un asesinato fuera digno de agradecimiento, como si una persona pudiera decidir el destino de una nación, como si el papel de Carrero Blanco no hubiera estado destinado a ser exactamente el mismo que el de Arias Navarro.
Así que el Tribunal Constitucional, que ha preferido no exponerse ante el Tribunal de Estrasburgo, al que le importa menos ETA, es responsable ante los españoles de toda la vergüenza que nos van a hacer pasar Alfonso Sastre y compañía. Aparte de que ha entregado munición a los Otegi, Arzallus y otros similares para que puedan enredar con su oratoria habitual. Presumiblemente, el fin de ETA llegará de todos modos, con lo que los bocazas tendrán que hablar de otra cosa.

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