Lluis Foix tiene un blog que se llama foixblog, pero el artículo que escribió ayer en su Libreta, en La Vanguardia, cabría haberlo titulado foixerror. El final, sobre todo, está totalmente equivocado, según mi opinión. Pues resulta que dice el articulista catalán que si Zapatero pierde las elecciones será a causa del pacto del PSOE con el PP en el País Vasco.
Como si no hubiera ningún otro motivo, como si los electores fueran tontos, como si los españoles sólo respondiéramos a los estímulos primarios. Pero no, la alianza del PSOE con PP en el País Vasco, electoralmente hablando, no puede más que producirle beneficios al PSOE. Otra cosa es que se quede sin aliados en el Parlamento y ahí nos duele a los contribuyentes, porque la política española permite comprar y vender votos.
(Cabría recordar, una vez más, que en los Estados Unidos de América, ese país tan denostado por algunos, la democracia surgió del pueblo, va de abajo para arriba; en cambio, la democracia española es un regalo del poder a los ciudadanos, pero como estaban los intermediarios por en medio, o sea los partidos, se lo quedaron para ellos. Los ciudadanos observamos la democracia a través del cristal de la urna y vemos que en los partidos rige la dictadura más atroz. Esa dictadura se vuelve luego contra los ciudadanos, que comprobamos a diario que no pintamos nada y no se nos tiene en cuenta. Son las empresas publicitarias las encargadas de arrancarnos el voto. ¿Cuántos políticos de los primeros niveles consumen cocaína? Ninguno de los que están instalados, pese a que estén al cabo del asunto, los denuncia, porque entre todos sostienen la farsa.)
En España hemos llegado a tal situación que incluso las cabezas mejor amuebladas lo ven todo a través de un prisma. En las comunidades autónomas en las que impera el nacionalismo la presión es agobiante, basta con ver la uniformidad existente en torno a determinadas cuestiones.
Como si no hubiera ningún otro motivo, como si los electores fueran tontos, como si los españoles sólo respondiéramos a los estímulos primarios. Pero no, la alianza del PSOE con PP en el País Vasco, electoralmente hablando, no puede más que producirle beneficios al PSOE. Otra cosa es que se quede sin aliados en el Parlamento y ahí nos duele a los contribuyentes, porque la política española permite comprar y vender votos.
(Cabría recordar, una vez más, que en los Estados Unidos de América, ese país tan denostado por algunos, la democracia surgió del pueblo, va de abajo para arriba; en cambio, la democracia española es un regalo del poder a los ciudadanos, pero como estaban los intermediarios por en medio, o sea los partidos, se lo quedaron para ellos. Los ciudadanos observamos la democracia a través del cristal de la urna y vemos que en los partidos rige la dictadura más atroz. Esa dictadura se vuelve luego contra los ciudadanos, que comprobamos a diario que no pintamos nada y no se nos tiene en cuenta. Son las empresas publicitarias las encargadas de arrancarnos el voto. ¿Cuántos políticos de los primeros niveles consumen cocaína? Ninguno de los que están instalados, pese a que estén al cabo del asunto, los denuncia, porque entre todos sostienen la farsa.)
En España hemos llegado a tal situación que incluso las cabezas mejor amuebladas lo ven todo a través de un prisma. En las comunidades autónomas en las que impera el nacionalismo la presión es agobiante, basta con ver la uniformidad existente en torno a determinadas cuestiones.
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