Niega Rosa Aguilar haber dicho la frase que se le imputa, aunque admite que la frase que dijo fue un titular mediático, sin especificar cuál fue; y añade que pedirá disculpas y perdón a Felipe González. Las cosas son muy fáciles para algunos.
Pasado el tiempo, parece ser que nunca ha existido el GAL. Tampoco ha habido ninguna víctima ni nadie ha ido a la cárcel. Mister X se ha desvanecido, como el humo. No sé yo quién es el tal Mister X. Si no lo supo averiguar el juez, ¿por qué lo he de saber yo? Lo que es evidente es que, sea quien sea, es un tipo bastante siniestro.
Ahora, Rosa Aguilar quiere pedirle disculpas y perdón a Felipe González. Pero éste jamás se ha disculpado ante los españoles por nada. Podría haberse disculpado por ser uno de los artífices de esta dictadura de los partidos que padecemos, que nos ha llevado a la grotesca situación actual.
Ni se ha disculpado tampoco por haber enterrado a Montesquieu, ni por haber socavado al primer intento el prestigio del Tribunal Constitucional y de la justicia española entera.
Tampoco ha pedido disculpas Felipe González por Filesa, Malesa, ni Flick ni Flock; ni por haber expropiado Rumasa de aquel modo; ni por haber incluido a Garzón en las listas sin tener intención de hacerlo ministro; ni por la vergüenza que tuvo que pasar el juez Marino Barbero.
Dijo Felipe González, siendo presidente del gobierno, que Aznar y Anguita eran la misma mierda y luego explicó que no se le había escapado, sino que antes de hablar había meditado lo que iba a decir. Sean lo que sean Aznar y Anguita, un presidente del gobierno no debería hablar así.
Tampoco se ha arrepentido Felipe González de haber firmado la moratoria nuclear, aunque dice que es tiempo de replantear la cuestión.
Y Rosa Aguilar le va a pedir disculpas a él precisamente cuando acaba de aceptar un cargo en un gobierno socialista.
Pasado el tiempo, parece ser que nunca ha existido el GAL. Tampoco ha habido ninguna víctima ni nadie ha ido a la cárcel. Mister X se ha desvanecido, como el humo. No sé yo quién es el tal Mister X. Si no lo supo averiguar el juez, ¿por qué lo he de saber yo? Lo que es evidente es que, sea quien sea, es un tipo bastante siniestro.
Ahora, Rosa Aguilar quiere pedirle disculpas y perdón a Felipe González. Pero éste jamás se ha disculpado ante los españoles por nada. Podría haberse disculpado por ser uno de los artífices de esta dictadura de los partidos que padecemos, que nos ha llevado a la grotesca situación actual.
Ni se ha disculpado tampoco por haber enterrado a Montesquieu, ni por haber socavado al primer intento el prestigio del Tribunal Constitucional y de la justicia española entera.
Tampoco ha pedido disculpas Felipe González por Filesa, Malesa, ni Flick ni Flock; ni por haber expropiado Rumasa de aquel modo; ni por haber incluido a Garzón en las listas sin tener intención de hacerlo ministro; ni por la vergüenza que tuvo que pasar el juez Marino Barbero.
Dijo Felipe González, siendo presidente del gobierno, que Aznar y Anguita eran la misma mierda y luego explicó que no se le había escapado, sino que antes de hablar había meditado lo que iba a decir. Sean lo que sean Aznar y Anguita, un presidente del gobierno no debería hablar así.
Tampoco se ha arrepentido Felipe González de haber firmado la moratoria nuclear, aunque dice que es tiempo de replantear la cuestión.
Y Rosa Aguilar le va a pedir disculpas a él precisamente cuando acaba de aceptar un cargo en un gobierno socialista.
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