Puede decirse sin titubeos de ningún tipo que Patxi López ha tenido una suerte tremenda, dado que los cobardes y los pusilánimes, los egoístas al fin, se han autoexcluido de su gobierno. De este modo, quienes han decidido aceptar han demostrado su espíritu de sacrificio y su afán por servir a sus conciudadanos.
Es sabido que para el desempeño de los cargos políticos además de la preparación específica que pueden requerir, e incluso de ciertas habilidades innatas, se requieren otras condiciones de idéntico valor, como puede ser, por citar una, la honradez. De poco sirve, por ejemplo, que un político sea un fuera de serie en el campo de la economía, o en cualquier otro, si en cuanto tiene oportunidad no puede resistir la tentación y mete las manos en la caja.
Los políticos han de ser honrados, y eso es lo que tendría que mirar el votante antes incluso que las siglas del partido por el que se presenta. Si las listas fueran abiertas, se favorecería mucho esta opción. Y han de ser valientes, porque para defender los intereses de los ciudadanos hace falta valor.
Patxi López ha tenido suerte también porque dada la actitud cerril del PNV no tiene más remedio que sacar lo mejor de sí mismo. Ha de dejar atrás el sectarismo, con el que no podría llegar muy lejos, y ha de comportarse con toda la magnanimidad y toda la generosidad de la que sea capaz, para dejar sin sentido cualquier tipo de justificación que puedan inventar los fascistas.
No le queda más remedio al nuevo lendakari que aceptar la ayuda de todos los que se la ofrezcan de buena fe. Puesto que no le queda más camino que la ejemplaridad, puede incluso servir de ejemplo y estímulo a Zapatero, con lo cual todos saldríamos ganando. Ojalá acabe con ETA rápidamente.
Es sabido que para el desempeño de los cargos políticos además de la preparación específica que pueden requerir, e incluso de ciertas habilidades innatas, se requieren otras condiciones de idéntico valor, como puede ser, por citar una, la honradez. De poco sirve, por ejemplo, que un político sea un fuera de serie en el campo de la economía, o en cualquier otro, si en cuanto tiene oportunidad no puede resistir la tentación y mete las manos en la caja.
Los políticos han de ser honrados, y eso es lo que tendría que mirar el votante antes incluso que las siglas del partido por el que se presenta. Si las listas fueran abiertas, se favorecería mucho esta opción. Y han de ser valientes, porque para defender los intereses de los ciudadanos hace falta valor.
Patxi López ha tenido suerte también porque dada la actitud cerril del PNV no tiene más remedio que sacar lo mejor de sí mismo. Ha de dejar atrás el sectarismo, con el que no podría llegar muy lejos, y ha de comportarse con toda la magnanimidad y toda la generosidad de la que sea capaz, para dejar sin sentido cualquier tipo de justificación que puedan inventar los fascistas.
No le queda más remedio al nuevo lendakari que aceptar la ayuda de todos los que se la ofrezcan de buena fe. Puesto que no le queda más camino que la ejemplaridad, puede incluso servir de ejemplo y estímulo a Zapatero, con lo cual todos saldríamos ganando. Ojalá acabe con ETA rápidamente.
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