Teddy Bautista es el presidente del Consejo de Dirección de la Sociedad General de Autores y Editores. Basta con escribir su nombre en un buscador de internet para encontrar varias noticias sobre él, entre otras sus polémicas con Enrique Dans, en las que éste le pone los puntos sobre las íes. Uno de los de la búsqueda se refiere a los insultos, lleva la fecha del 16 de marzo y es realmente esclarecedor.
Es consciente Teddy Bautista de su impopularidad, por lo que dice: “No estamos para ser simpáticos”. Pero también lo es de su poder, de que este gobierno (y quizá también el que le siga) se plegará a sus deseos, de forma total. Ahí está el nombramiento de González Sinde para demostrarlo.
A la SGAE no le amilana la impopularidad, pero a veces la presión social le hace entrar en razón, como en el caso del festival benéfico en el que Bisbal cantó gratuitamente para salvar la vida de un niño. La SGAE se empeñó en cobrar el 10 por ciento y ha reconsiderado su actitud y se dispone a devolver ese dinero. Pero el diario ABC informa de que la SGAE cobra su porcentaje a casi 800 conciertos benéficos cada año. La tal sociedad alega que los conciertos benéficos incurren en gastos necesarios para su celebración y que deben considerar sus derechos como parte de esos gastos.
La SGAE no sólo no ha previsto, pues, algún mecanismo para que los festivales benéficos puedan ahorrarse este concepto, sino que, a la vista de su actitud, cabe suponer que ahora temen que, al haber devuelto el dinero recaudado en uno de estos actos, que ahora proliferen los conciertos benéficos y que se les solicite lo mismo.
El profesor Rafael Fontán, en su artículo “¿se acabó el pastel?” , también se refiere al canon, a la propiedad intelectual y a las descargas.
Es consciente Teddy Bautista de su impopularidad, por lo que dice: “No estamos para ser simpáticos”. Pero también lo es de su poder, de que este gobierno (y quizá también el que le siga) se plegará a sus deseos, de forma total. Ahí está el nombramiento de González Sinde para demostrarlo.
A la SGAE no le amilana la impopularidad, pero a veces la presión social le hace entrar en razón, como en el caso del festival benéfico en el que Bisbal cantó gratuitamente para salvar la vida de un niño. La SGAE se empeñó en cobrar el 10 por ciento y ha reconsiderado su actitud y se dispone a devolver ese dinero. Pero el diario ABC informa de que la SGAE cobra su porcentaje a casi 800 conciertos benéficos cada año. La tal sociedad alega que los conciertos benéficos incurren en gastos necesarios para su celebración y que deben considerar sus derechos como parte de esos gastos.
La SGAE no sólo no ha previsto, pues, algún mecanismo para que los festivales benéficos puedan ahorrarse este concepto, sino que, a la vista de su actitud, cabe suponer que ahora temen que, al haber devuelto el dinero recaudado en uno de estos actos, que ahora proliferen los conciertos benéficos y que se les solicite lo mismo.
El profesor Rafael Fontán, en su artículo “¿se acabó el pastel?” , también se refiere al canon, a la propiedad intelectual y a las descargas.
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