jueves, 24 de septiembre de 2009

TSJPV

Los hay que dicen, unos por cegatos y otros por mala intención, que o bien al PP, o bien al PSOE, no les interesa acabar con ETA, cuando lo cierto es que ambos partidos, errores de bulto aparte, hacen esfuerzos denodados por acabar con la banda. Otra cosa es que nuestra partitocracia no tuviera otra opción que la de degradarse hasta los niveles actuales. Tanto el PP como el PSOE tratan de sacar partido electoral de todo y la lucha contra ETA no es una excepción.
Pero no sólo los dos grandes partidos nacionales influyen en este asunto. Como en otras cuestiones, la voz de los catalanes resuena con más fuerza de la que realmente le correspondería, cosa que sería de agradecer si llevara la dirección adecuada, pero es que va en sentido contrario. La propensión al diálogo es un mito catalanista que no se puede aplicar a este caso, puesto que con los terroristas no hay nada que negociar. Es una pretensión estúpida, sin más. Por otro lado, la supuesta intención independentista, con la que la banda logra la comprensión de un buen número de personas, le proporciona algunas simpatías en Cataluña.
En donde hay que buscar las claves de la inusitada duración de la banda es en el propio País Vasco, en el que asienta sus reales. La sociedad vasca, en general, es la responsable del éxito de ETA, pues sólo cabe catalogar como éxito tan prolongada supervivencia; pero esto, al mismo tiempo, constituye el más gran fracaso de esa misma sociedad. La sociedad vasca la componen los jueces, los obispos, los curas, los políticos, los empresarios, los maestros, los periodistas, etc. Naturalmente que todos los ciudadanos no son iguales. Unos hacen todo lo que pueden para acabar con ETA, luego han de mirar debajo del coche, han de cambiar de itinerario cada día, han de afrontar molestias en el trato diario con la gente.
El TSJPV, como otros tribunales en otras ocasiones en que se trata de ETA, se la coge con papel de fumar.

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